La adaptación del puesto de trabajo a las personas con discapacidad es un objetivo perfectamente asumible. Experiencias y buenas prácticas están disponibles en diferentes tipos de empresas y sectores productivos. La investigación está aportando soluciones técnicas sencillas, baratas y eficaces.

Las posibles medidas de adaptación son numerosas y diferentes en cuanto a su concepto y aplicación pero cualquier intervención que se proponga debe ser viable desde el punto de vista humano, técnico y económico. Para empezar hay que tener en cuenta algunas cuestiones clave:

No siempre es necesario adaptar un puesto de trabajo. En muchos casos, personas con discapacidad desempeñan un trabajo en el que no se detectaran desajustes entre demandas de la tarea y la capacidad funcional del trabajador.

En muchos casos las adaptaciones realizadas no tienen tanto que ver con la discapacidad del trabajador sino con la falta de criterios ergonómicos generales en el diseño del puesto. La adaptación, en estos casos, supone un beneficio no sólo para la persona con discapacidad sino también para el resto de trabajadores.

El coste de la adaptación de un puesto de trabajo puede ser bastante reducido. Un 40% de los estudios de adaptación realizados por el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) no han implicado ningún coste, debido a que la adaptación se ha realizado sobre elementos espaciales u organizativos (redistribución de tareas, modificación de la forma de hacer el trabajo, cambio de ubicación de elementos, etc.).

La adaptación de un puesto de trabajo destinado a un trabajador con alguna discapacidad está incentivada por las administraciones públicas mediante subvenciones y beneficios fiscales. Un 90% de las adaptaciones realizadas por el IBV han supuesto un coste inferior a la subvención máxima concedida por la Administración.

La primera tarea es analizar cuál es la adaptación necesaria, es decir, identificar problemas y plantear soluciones. El Ergo- Dis/IBV es una herramienta de adaptación ergonómica de puestos de trabajo para personas con discapacidad, que permite analizar el trabajo y el trabajador identificando el grado de ajuste o desajuste entre las demandas del trabajo y la capacidad funcional de una determinada persona. El método se implementa en un programa informático que, además de facilitar el procesado de los datos, incorpora una base de recomendaciones sobre soluciones de adaptación.

Un informático con movilidad reducida

En el IBV se han realizado diversos proyectos de adaptación de puestos de trabajo a personas con distintas discapacidades y en diferentes entornos. Un ejemplo es la adaptación realizada para un varón de 23 años con artrogriposis múltiple congénita, cuya limitación principal era una movilidad muy reducida en las principales articulaciones de las piernas, tronco y brazos. Su trabajo requería un manejo intensivo del ordenador y las demandas más importantes se relacionaban con la coordinación de movimientos, el uso de los miembros superiores, la visión y algunos aspectos psicológicos. El entorno adolecía de una mala distribución y escasa amplitud del espacio de trabajo. Se detectaron desajustes referidos, sobre todo, al alcance y manipulación de objetos, y una serie de riesgos relacionados con las posturas forzadas de cuello, tronco y brazos. Estos problemas se resolvieron mediante un sistema de asiento especial, adaptado a la discapacidad del sujeto, que le permite acceder a los diferentes elementos del puesto. También se adaptó el ratón y el teclado de ordenador, y se incorporaron bandejas regulables para teclado y monitor. Por último, se instaló un sistema de control de entorno para encender el ordenador, la impresora, etc.

Un trabajador manual con discapacidad intelectual y física

Otro caso de adaptación se refiere a un puesto de manipulado. El trabajo requería precisión y movilidad de los miembros superiores y exigía una postura estática en tronco y cuello. El trabajador presenta una discapacidad intelectual media, asociada a parálisis cerebral infantil, lo que implica una movilidad y coordinación limitadas en miembros inferiores y superiores, así como una limitación en el procesamiento de la información. Los problemas detectados en este caso fueron una postura de trabajo incorrecta, la dificultad para alcanzar elementos o para despegar etiquetas adhesivas y problemas relacionados con la toma de pequeñas decisiones. Para solucionarlos o minimizarlos se implementaron las siguientes adaptaciones: silla de trabajo ergonómica, mesa de trabajo con reposapiés auxiliar regulable, soportes regulables para facilitar el alcance del material, un dispensador de etiquetas y un soporte para inclinar las cajas con piezas. También se proporcionó al trabajador un entrenamiento, refuerzo y mejora de sus habilidades socio-laborales.

Siempre es recomendable adaptar el entorno laboral a las necesidades de los trabajadores, pero en el caso de personas con limitaciones funcionales la adaptación es especialmente necesaria. De ello depende que esas personas puedan desarrollarse laboralmente. Las adaptaciones para personas con alguna discapacidad no son excesivamente caras ni complejas, lo único realmente importante es la voluntad firme de desarrollar mecanismos que posibiliten que todos vivamos y trabajemos en un entorno favorable con independencia de nuestras diferencias.

0 0 votos
Valoración

Revista Por Experiencia – Alberto Ferreras, Investigador del Instituto de Biomecánica de Valencia IBV

Fuente

Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

Suscribirme
Notificar de
guest
:arrow: 
:D 
:? 
8-) 
:cry: 
:shock: 
:evil: 
:!: 
:geek: 
:idea: 
:lol: 
:x 
:mrgreen: 
:| 
:?: 
:P 
:oops: 
:roll: 
:( 
:) 
:o 
:twisted: 
:ugeek: 
;) 
 
0 Comentarios
Inline Feedbacks
Ver todos los comentarios