La siniestralidad laboral, objetivamente, ha experimentado un notable descenso a lo largo de los últimos años, una caída que se ha acentuado desde que estalló la crisis económica. Los datos analizados apuntan a que esta bajada viene dándose sin interrupción en prácticamente todo el territorio nacional desde el año 2007, una realidad que debería alegrar a cualquiera.
ETUCE, la organización que representa a 132 sindicatos de educación y 11 millones de maestros y maestras en todos los países de Europa, ha demostrado que los recortes presupuestarios a la educación son un fenómeno común en la mayoría de países de la UE. A medida que se reducen los recursos, los maestros tienen mayores posibilidades de estar expuestos a estrés y a una creciente precariedad laboral. Para hacer frente a esta situación, ETUCE ha desarrollado una serie de recomendaciones prácticas en respuesta al deterioro de las condiciones de trabajo.
Los tiempos modernos parecían haber acabado con la buena siesta de toda la vida. El yoga ibérico, como lo llamaba Camilo José Cela, desaparece poco a poco de nuestra vida diaria, aplastado por el peso de los horarios continuos, la falta de lugares adecuados y, sobre todo, por la mala imagen que da dormir o dormirse en el lugar de trabajo.
Hace pocos días los principales periódicos de tirada nacional se hacían eco de la siguiente noticia: “Los trabajadores españoles son los más estresados de toda Europa”. Pero paradójicamente, si nos remontamos unos cuantos años atrás, concretamente siete, los titulares con los encontrábamos iban en esta línea: “Los trabajadores españoles, entre los menos estresados de Europa”. La pregunta es: ¿Tanto han cambiado las cosas en nuestro país, para que se haya producido un giro de 180 grados en las condiciones laborales de las trabajadoras y trabajadores españoles?
