Milagro en una obra de Sedaví. Un operario de 35 años salvó ayer la vida tras caerle encima una tonelada de tierra que lo sepultó en un foso. Sus compañeros lo desenterraron y los bomberos completaron un rescate de infarto. Pese a la gravedad del accidente laboral, la víctima sólo sufrió lesiones de carácter leve.
Los cimientos de un edificio de Sedaví albergarán para siempre un pequeño milagro y una viva muestra de compañerismo. Un obrero de 35 años salvó ayer la vida tras caerle encima una tonelada de tierra. La víctima quedó sepultada, pero las palas y picos de sus compañeros cavaron con desesperada rapidez. El operario sólo sufrió heridas leves en una pierna y fue trasladado al Centro de Rehabilitación de Levante. Su vida no corre peligro.
El accidente laboral se produjo a falta de pocos minutos para la una de la tarde, entre las calles San Antonio y Padre Méndez. El trabajador se encontraba dentro del foso de cimentación del edificio, subido en un andamio, a unos dos metros de altura respecto a la base.
De repente, por causas que están siendo investigadas, se produjo un desprendimiento de una pared muy próxima. Una tonelada de tierra se le echó encima como un alud, derribó la estructura en la que se hallaba el hombre y lo sepultó.
Varios compañeros del operario fueron testigos del accidente. Tras alertar a la policía y a los bomberos no se quedaron de brazos cruzados, sino que se las ingeniaron para retirar, con todos los medios a su alcance, la tierra que había engullido al trabajador. Según fuentes del Consorcio Provincial de Bomberos, lo liberaron “en los primeros instantes tras el accidente”
Al lugar acudieron efectivos de rescate de los parques de Catarroja y Torrent. A su llegada el obrero ya no estaba sepultado y la prioridad era sacarlo del foso para que el personal sanitario pudiera asistirlo en la calle.
Para ello, los bomberos bajaron al foso, colocaron al herido sobre una tabla de rescate y lo izaron con la ayuda de una grúa de otra obra próxima. La evacuación se completó a las 13.30 horas.
Una vez arriba, los médicos del SAMU prestaron al obrero los primeros auxilios y lo evacuaron, fuera de peligro, al Centro de Rehabilitación de Levante, en San Antonio de Benagéber. Mientras, en la obra, las palabras “suerte” y “milagro” fueron de boca en boca entre los exhaustos amigos del accidentado.
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