La dirección de Imelsa ha decidido suspender de servicio todos los vehículos egipcios utilizados por las brigadas rurales de emergencias, iguales al siniestrado el pasado sábado en Bicorp (Valencia), tras comprobar que dos de los coches –de Llíria y Andilla– no habían pasado la Inspección Técnica de Vehículos, según informaron hoy fuentes de los delegados de personal de los tres Consorcios Provinciales de Bomberos.
Según estas fuentes, hoy se reunió el comité de empresa de Imelsa que mostró sus condolencias a los familiares de los dos brigadistas rurales de emergencias fallecidos en el accidente de Bicorp y expresó el deseo de que los dos heridos en el siniestro se recuperen de las lesiones sufridas.
El comité de empresa trasladó a la dirección la petición de que se suspendiera de servicio los vehículos egipcios utilizados por estos efectivos y que se comprobara si todos ellos habían pasado la ITV. Al detectarse que dos de ellos, usados en Llíria y Andilla, no lo habían hecho, la dirección accedió a la petición.
Los brigadistas forestales, que esperan tener conocimiento de las investigaciones sobre el accidente y que se dé traslado de lo sucedido a la autoridad laboral, han pedido asimismo estar exentos de servicio esta tarde para poder asistir a los funerales de sus compañeros fallecidos.
El representante de la Junta de Personal del Consorcio Provincial de Valencia, José Luis Micó, aseguró que los vehículos egipcios, como el siniestrado en Bicorp, no cumplen la normativa de prevención ya que, por ejemplo, no disponen de barras antivuelco. En el caso del camión-cuba accidentado el sábado, aseguró que tenía más de 15 años de antigüedad cuando la normativa indica que el máximo deben ser 10; no disponía de seguridad en el ubicaje ni el núcleo donde van los pasajeros estaba acolchado y el material viaja suelto en el vehículo.
Esto supone, según explicó, que cualquier material de los que se cargan en el camión, como por ejemplo un pico, “te pueda matar” en caso de sufrir un accidente. No obstante, en el caso de Bicorp, fuentes de los delegados de personal apuntaron a un fallo en los frenos o causas mecánicas como motivo del siniestro.
Estos vehículos, según indicaron, están preparados para trabajar en carretera y no en pista forestal como fue el caso del accidentado. Además, otro problema que presentan es que llevan la cisterna del agua “muy alta” por lo que tienen tendencia a volcar a un determinado ángulo.
Los delegados explicaron que uno de estos camiones –denominados egipcios porque los fabricó el Ejército para destinarlos al desierto de este país aunque finalmente se vendieron a los Consorcios y Protección civil– sufrió un accidente similar en Cataluña el pasado mes de junio, con el resultado de un fallecido.
En esta comunidad estos vehículos están inmovilizados y únicamente se utilizan en casos de “extrema urgencia”. En la Valenciana, en el Consorcio Provincial de Alicante también está limitado el uso aunque “actúan siempre”, mientras que en Valencia se ha limitado “de palabra” al imponer una velocidad máxima de 70 kilómetros por hora al circular.
En todo caso, los delegados hicieron hincapié en que el siniestro ocurrió porque no se cumplían los requisitos establecidos en materia de seguridad laboral y subrayaron que estos efectivos trabajan para ellos y también para “salvar vidas”.
Mesa de negociación
Los delegados de personal de los tres Consorcios se concentraron hoy a las puertas de la Dirección General de Interior donde fueron recibidos por el director general, Luis Ibáñez, quien les trasladó la posibilidad de que se reúna la Mesa de Negociación el próximo 22 o 29 de octubre. Representantes de este colectivo explicaron que reclaman una reunión desde el pasado mes de mayo ya que están sin convenio desde 2001.
En este encuentro, según indicaron, se deben tratar los problemas de las tres provincias, que se centran en falta de personal, por lo que trabajan “bajo mínimos”, así como mejoras salariales en todos los consorcios.
Según Micó, se calcula que para la provincia de Valencia “hacen falta como mínimo 200 bomberos para las salidas de día a día”. Además, lamentan la falta de formación “seria”, la “no profesionalización del servicio” –carecen de cursos sobre siniestros como terremotos– y las mismas condiciones laborales para los tres consorcios.
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