Según se desprende del registro de enfermedades respiratorias de origen laboral que se implantó en enero de 2002 en Navarra, el 30% de estas enfermedades está relacionado con el uso de amianto, también llamado asbesto. El seguimiento de 125 casos (97 varones y 28 mujeres con una edad media de 55,4 años) del que se extraen las conclusiones se realizó entre 2002 y 2004.
El presidente del Grupo Técnico de Enfermedades Respiratorias de Origen Laboral (EROL), Jalil Abú-Shams, y el doctor Joan Boldu, del Servicio de Neumología del Hospital Virgen del Camino de Pamplona anunciaron que el II Curso sobre estas enfermedades, que se celebrará el miércoles en la Escuela Universitaria de Enfermería de Pamplona, se centrará en las pleuropulmonares por asbesto.
Prolongada latencia
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El uso del amianto está prohibido en España desde 2001. Sin embargo, dada la prolongada latencia existente entre la exposición del mineral y la aparición de los síntomas de la enfermedad, de hasta 20 años, se siguen viendo manifestaciones clínicas pleurales. Se prevé además que en los próximos años aumenten determinadas patologías asociadas al asbesto.
El registro del Grupo de Trabajo de Enfermedades Respiratorias de Origen Laboral (EROL) de Navarra tiene notificados desde el uno de enero de 2002 hasta el 31 de diciembre de 2004 un total de 125 casos, de los que un 30% están relacionados con el amianto. Según explicó Joan Boldu, la mayoría son enfermedades que no dan grandes problemas, pero un 20% aproximadamente son tumores de pleura.
El asbesto es un mineral fibroso muy utilizado en la industria debido a su resistencia al calor, al desgaste, a los ácidos y a su flexibilidad. Por ello fue ampliamente usado como aislante, en la industria textil y otros muchos campos.
Según Boldu, con la inhalación de amianto las pequeñas fibras, “como pequeños cristales”, penetran en el organismo y son de difícil eliminación.
Enfermedades inducidas
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Las enfermedades inducidas por el amianto pueden ser benignas o malignas. Entre las primeras, se encuentran el derrame pleural benigno, las placas pleurales, la fibrosis pleural difusa y la atelectasia redonda.
Respecto a las malignas, destaca el carcinoma broncopulmonar, la asbestosis (fibrosis intersticial difusa) y el mesotelioma pleural maligno. La incidencia de esta última está aumentando en Europa y se espera un pico en el año 2018, que afectará principalmente a varones nacidos entre 1945 y 1950. En general, el pronóstico de los pacientes con mesotelioma no es bueno, con una media de supervivencia tras el diagnóstico de 8 a 12 meses.
Los datos del registro de EROL apuntan como principales agentes causales de las enfermedades respiratorias ocupacionales el asbesto (39,2%), los isocianatos (12%) y el sílice (6,4%).
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