Según los datos manejados por la organización, en lo que va de año han perdido la vida 17 agricultores de un total de más de 300 fallecidos por accidente laboral en todos los sectores de actividad.
Además durante el pasado año perdieron la vida en accidentes laborales 955 trabajadores, de los que 75 pertenecían al sector agrario, el único que experimentó una considerable subida respecto al año anterior cuando fallecieron 65 personas, lo que supuso un 15 por ciento de incremento, mientras que el resto de sectores disminuyó notable mente su incidencia.
UPA considera que la alta siniestralidad en el sector agrario se debe a diversas circunstancias que tienen que ver con la escasa conciencia de riesgo que se tiene al desarrollar la actividad agraria; la elevada edad media de los activos agrarios; el bajo nivel de renta de muchas explotaciones familiares; las dificultades físicas y naturales de algunos territorios donde se desarrolla la actividad y la maquinaria anticuada y obsoleta que se utiliza en muchas explotaciones y que es causa directa de la muerte.
Por ello demanda un plan de prevención que haga más conscientes a los profesionales agrarios de los peligros que conllevan ciertas prácticas.
Además, a su modo de ver es necesario que desde las diferentes comunidades autónomas se desarrolle de inmediato, dotándole de mayor presupuesto, el Plan Renove aprobado por el Gobierno que facilite el achatarramiento de tractores y maquinaria agrícola envejecida y obsoleta, cambiando el parque de maquinaria agrícola actual por vehículos y medios más modernos y más seguros, que servirán sin duda para reducir drásticamente el número de muertes y accidentes en el ámbito agrario.
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