Según el secretario de Enseñanza Pública de FETE-UGT en Málaga, Francisco Javier Alcoholado, esta situación de violencia escolar se refleja directamente en una «apatía» por parte de los profesores que les lleva a preocuparse sólo de su «supervivencia» y de «tratar de terminar el día sin volverse locos, sin ser agredidos o sin que les pongan una denuncia». Alcoholado, que hizo estas declaraciones durante la presentación de las primeras jornadas de debate sobre prevención e intervención ante situaciones de conflicto en los centros educativos, indicó que en la gran mayoría de los centros de secundaria de la provincia de Málaga se registraron situaciones de violencia escolar durante el curso pasado, ya fuera entre alumnos y profesores -con la intervención de familiares en algunos casos- o entre los propios alumnos.
En este sentido, la secretaria general de la Federación de Enseñanza de UGT, Teresa Blanca, afirmó que sólo salen a la luz los casos más llamativos, pero que hay otras muchas situaciones de intimidación y agresiones que los profesores no denuncian por miedo o por vergüenza. Entre las medidas necesarias para atajar la violencia escolar, Alcoholado abogó por la ampliación del número de psicólogos en colegios e institutos hasta llegar a uno por cada 250 alumnos, así como de dotar a los centros de asistentes sociales que actúen como nexo entre la comunidad educativa y la familia. Del mismo modo, hizo hincapié en la necesidad de bajar el ratio de alumnos por clase, que actualmente es de entre 30 y 25 estudiantes por aula, y que debería reducirse hasta 20.
Las primeras jornadas de debate sobre prevención e intervención de situaciones de conflicto en centros educativos se desarrollarán entre el 1 y el 6 de octubre, y se centrarán en el análisis de situaciones concretas, la responsabilidad civil de los docentes y las medidas disponibles para luchar contra estos conflictos.
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