Las dos torres de refrigeración sospechosas de haber sido el origen del brote de legionelosis que ha afectado a cuatro vecinos del barrio de Santa Eulàlia, en L Hospitalet, habían seguido a pies juntillas todas la recomendaciones de desinfección e higiene ordenadas por el Ayuntamiento de L Hospitalet para prevenir la proliferación de bacterias. El propietario de Hielos El Cristalino, la empresa donde están las dos torres, explicó ayer que hace menos de un mes se analizaron las instalaciones y no se hallaron rastros de legionela.
La última inspección municipal con anterioridad a la aparición de los primeros casos de legionelosis se realizó el pasado 24 de octubre. El análisis del agua de la instalación concluyó: “No se ha detectado la presencia de legionella pneumophila en ninguna de las torres de refrigeración”, según reza el informe elaborado por el Negociado de Salud Pública municipal.
Normas a rajatabla
El dueño de Hielos El Cristalino insistió en que si, finalmente, alguna de las dos torres resulta ser el origen del brote, la infección “no podrá atribuirse ni a dejadez ni a falta de limpieza” por su parte porque han cumplido “a rajatabla todas las normas”. De hecho, los dos aparatos estaban censados legalmente en el registro municipal.
El propietario del taller de fabricación de hielo, que ocupa unos 150 metros cuadrados y da empleo a cuatro trabajadores, confirmó que el pasado jueves la Conselleria de Sanitat le recomendó que apagara las torres “como medida cautelar” y aseguró que desde entonces “están paradas y desmontadas”.
El empresario, muy afectado por las informaciones que sitúan a su fábrica como el inicio del brote, se mostró extrañado porque la bacteria pueda haberse desarrollado en su sistema de refrigeración pues, aunque en invierno baja la producción de la planta, las torres “se han tratado igual que en verano”.
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