El servicio jurídico de la DGA asumirá la asistencia legal de los trabajadores sanitarios que sufran una agresión y decidan denunciarlo. Hasta el momento eran los gabinetes de los colegios profesionales, fundamentalmente el de Enfermería, y los abogados de los sindicatos quienes se hacían cargo de esta tarea. Sin embargo, el borrador del Plan de Prevención Contra la Violencia en el Lugar de Trabajo establece que la asistencia jurídica debe ser responsabilidad del Servicio Aragonés de Salud, ya que se da a la agresión el mismo carácter que un accidente laboral.
Satse, sindicato de Enfermería y artífice de una campaña contra las agresiones, mostró su satisfacción. “Un decreto posterior al plan reflejará que la defensa jurídica del trabajador agredido debe ser realizada por el departamento. La empresa debe apoyar a una persona que sufre un incidente de estas características” indicó Pilar Lauroba, representante de Satse y promotora de la campaña La agresión no es la solución.
Aunque se regule posteriormente, el apoyo jurídico por parte del departamento ya se refleja en el plan. El documento especifica que el responsable del centro donde ocurre la agresión trasladará la denuncia ante la Dirección General de Servicios Jurídicos y, en su caso, a los servicios jurídidcos del Servicio Aragonés de Salud. El trabajador afectado acudirá a dichos servicios aportando la denuncia presentada ante la Policía.
Pese a que todos los colectivos implicados en este texto han dado una valoración positiva del mismo, todavía está pendiente que, después de que se apruebe, se realicen las modificaciones necesarias en los respectivos centros, ya que el plan introduce una serie de mejoras en las instalaciones de las infraestructuras sanitarias para evitar, en la medida de lo posible, situaciones que puedan provocar un acto violento.
Así, en el epígrafe El entorno físico del trabajo, el texto especifica que debe haber “espacio suficiente” entre visitantes y pacientes, para prestar los servicios y para el descanso del personal. Precisa también que deben usarse barreras de protección para los trabajadores “que corren riesgos especiales” y para separar a los pacientes o usuarios “que puedan perturbar el buen funcionamiento del servicio”.
En las salas de espera, el plan prevé que los pacientes puedan disponer de “asientos cómodos” y de medios suficientes para evitar “el aburrimiento”, como material de lectura, televisión o juguetes para los niños.
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
