El número de fallecidos en Japón por padecer mesotelioma, un cáncer de pulmón causado por inhalación de asbesto, ascendió en 2004 a 953, prácticamente el doble que las muertes por esta dolencia ocurridas en 1995, informó el Gobierno nipón.
Frente a las 500 personas que murieron en 1995 de cáncer pulmonar por la inhalación continuada de partículas de asbesto, en 2004 fallecieron 729 hombres y 224 mujeres de mesotelioma, según la estadística difundida este sábado.
En la última década, desde que en 1995 empezaron a recogerse datos sobre esta enfermedad en Japón, 7.013 personas han muerto en este país de mesotelioma, de ellas 5.244 hombres y 1.769 mujeres.
Según los estudios realizados, la mayor parte de estos pacientes desarrollaron ese tipo de cáncer pulmonar entre 30 y 40 años después de haber inhalado asbesto.
Hasta principios de la década de los años noventa, en Japón se importaban cerca de 300.000 toneladas de asbesto para ser utilizado como material de construcción a fin de aumentar la resistencia e incombustibilidad de los edificios.
Sólo fue en 1995 cuando el Gobierno nipón prohibió el uso de los altamente tóxicos asbesto azul y marrón, por lo que los expertos creen que la incidencia de esta enfermedad crecerá en los próximos años, pero sólo para 2008 está prevista la prohibición del uso de todo tipo de asbesto.
Según algunos expertos, en los próximos 40 años cerca de 100.000 personas podrían morir por asbestosis en Japón, a causa de lo que la prensa ha llegado a llamar una bomba de relojería silenciosa.
El asbesto es todavía es uno de los componentes principales de decenas de miles de edificios en Japón, incluidas escuelas y hospitales, imposibles de derruir por el momento, pues ello liberaría a la atmósfera cantidades ingentes de esas fibras altamente tóxicas.
La población nipona se halla especialmente sensibilizada por este problema debido al reciente escándalo surgido en una fábrica de maquinaria de la firma Kubota, en la provincia de Hyoga, donde la dirección tuvo que reconocer que al menos 79 trabajadores murieron en los últimos años por cáncer y otras enfermedades causadas por el asbesto.
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