Los bomberos han rescatado vivo a uno de los dos obreros que quedaron atrapados bajo tierra en una zanja ayer por la tarde poco antes de las cinco. “Es un milagro”, ha comentado el jefe de los bomberos, al conseguir sacar al hombre con vida tras permanecer tres horas sepultado en la zanja zanja que estaba construyendo. El otro trabajador enterrado fue encontrado muerto una hora y media antes. Los dos operarios eran hermanos, de nacionalidad española. Tras encontrar al primer hombre muerto, los bomberos consiguieron contactar con el otro y continuaron el rescate en silencio para que el trabajador no desfalleciese ni se desanimase. Ha logrado sobrevivir gracias a una bolsa de aire que se formó entre la tierra y una pared.
A las cinco de la tarde los dos operarios de unos 40 años, que trabajaban en la construcción de un chalé en la calle Alegría de Oria (distrito de San Blas), quedaban completamente sepultados bajo tierra en una zanja. Los bomberos han comenzado a rescatarlos sin utilizar maquinaria, con cuidado, con la hipótesis de que los dos estuvieran vivos. Han excavado durante tres horas con pico, pala y cubo para quitar la tierra de la zanja.
En el momento del siniestro había entre cuatro o cinco obreros trabajando en el solar en la construcción de un chalé. Se desconocen por el momento las causas que han provocado el accidente laboral: si se ha producido un corrimiento de tierra o si los obreros han caído a la zanja. El solar donde se estaban realizando los trabajos está en venta y se encuentra entre chalets.
Los profesionales trabajan minuciosamente intentando desenterrar la zanja y retirar una loseta de hormigón para poder sacar a la superficie al trabajador herido. Los 30 bomberos, que trabajan por turnos con palas para evitar lesionar al obrero, se ayudan también de una pequeña extractora de arena. Hasta el lugar se han desplazado tres dotaciones de bomberos del Ayuntamiento de Madrid.
Domingo Martínez, técnico de UGT y presente en el lugar del suceso, cree que se estaba trabajando en la zanja para realizar las canalizaciones de los chalés. Según la normativa, hay que “enfilar” una zanja mayor a un metro y medio de profundidad para que no se produzca un derrumbe. “Hay que poner unas tablas de madera en los costados y unos puntales entre los tablones. Digamos que hay que apuntalar la zanja para que no se venga abajo”, ha dicho Martínez. “Estos días estamos haciendo una campaña de prevención por los lugares de trabajo y el 95% de los lugares que hemos visitado siguen incumpliendo las leyes de prevención”, ha concluido.
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
