La Audiencia Provincial ha condenado a una empresaria a un año y seis meses de prisión y pagar una indemnización de 3,3 millones de pesetas a un trabajador de su empresa como autora de un delito de estafa continuada.
Los hechos a los que se refiere la sentencia se remontan a septiembre de 1998, fecha en la que Pilar L.B., como autónoma de un negocio de reciclado y venta de productos informáticos contrató como comercial a Laureano R.V., estipulando en el contrato que el contratado participaría en el negocio con un 3% a cambio de entregar a la empresaria la cantidad de 300.000 pesetas. Dos meses después, la mujer pidió al comercial que le entregase más dinero con objeto de construir una sociedad limitada -que nunca llegó a constituirse-.
Laureano solicitó créditos y entregó a la empresaria dinero en varias ocasiones por diferentes ‘necesidades’ del negocio. Cuando la mujer había conseguido casi tres millones de pesetas, lo despidió, sin constituir nunca la sociedad limitada, y quedándose con el dinero.
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