Como señala con acierto el sindicato, uno y otro datos resultan intolerables.
El caso es que los accidentes laborales con el resultado de muerte ya señalado que se produjeron en esos tres sectores representaron cerca del 43% de todos los accidentes mortales que tuvieron lugar en la economía española durante el primer semestre (que ascendieron a 437), “de forma que de cada diez siniestros con resultado de muerte, algo más de cuatro se registran en esos tres ámbitos”.
Otra observación que hace el sindicato es que a pesar del aumento de la mortalidad, el número total de accidentes, leves, graves y mortales, se redujo en el periodo de tiempo de referencia, y para UGT esa “caída generalizada de la siniestralidad laboral se está desarrollando en un contexto de disminución de los trabajadores asalariados”. UGT sostiene que el miedo a quedarse sin empleo en un momento en que la tasa de paro va en aumento puede provocar lo que el sindicato llama un “relajamiento” de las normas en materia de salud laboral.
Lo cierto es que se constata una vez más que las medidas adoptadas hasta ahora no están teniendo la eficacia necesaria para combatir una situación que está lejos de encontrase en vías de solución. Algo más tendrán que hacer autoridades, inspectores de Trabajo y sindicatos en este sentido.
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