Más de 190 países aprobaron ayer en el encuentro de la Organización Mundial de la Salud en Génova el primer tratado internacional anti-tabaco, incluyendo un anuncio publicitario destinado a cambiar un hábito que acaba con cinco millones de personas cada año.
La Asamblea Anual de la OMS adoptó con unanimidad la Framework Convention on Tobacco Control (FCTC), que apela a todos los países para combatir “las devastadoras consecuencias del consumo y exposición al tabaco”. Según ha declarado el director general de la OMS, Harlem Brundtland, “hoy hemos actuado para salvar miles de millones de vidas y proteger las generaciones venideras. Es un momento histórico”.
El pacto fue acordado por los estados miembros en marzo después de tres años de negociaciones, y pide a los países que prohíban o apliquen duras restricciones sobre la publicidad sponsorización o promoción del tabaco en un periodo de cinco años. El acuerdo también hace referencia a las advertencias en los paquetes de cigarrillos, recomienda subidas de impuestos y hace hincapié en la detección del tabaco de contrabando, entre otras medidas.
Según la ONU, 4.9 millones de personas mueren cada año de cáncer o enfermedades cardiovasculares debidas al consumo de tabaco, y la cifra podría aumentar a 10 millones en 2020, con el 70% de las víctimas pertenecientes a países desarrollados. Muchas de las medidas recogidas ya se aplicaba desde hacia tiempo en varios países, debido en gran medida a la cantidad de muertes prematuras.
Desde Washington se ha afirmado que no se cumplirán algunas partes del acuerdo. Estados Unidos alberga las mayores compañías tabacaleras del mundo, y asegura que su constitución, que garantiza el derecho de libertad de expresión, no albergaba la posibilidad de prohibir ciertas actividades publicitarias. Un grupo de activistas norteamericanos, en cambio, incluyendo la American Cancer Society, apoya firmemente el acuerdo y han declarado que puede significar un punto y aparte en la lucha contra el consumo de tabaco.
Los expertos han advertido, sin embargo, que llevará tiempo que las campañas influyan de manera significativa sobre los más de mil millones de fumadores del mundo.
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