• Autor de la entrada:
  • Categoría de la entrada:Noticias
  • Tiempo de lectura:3 minutos de lectura

Una especie de hoyuelos que aparecen en muslos y antebrazos son la señal de alarma. Son las marcas que deja la lipoatrofia circular, una enfermedad rara, indolora y nada estética que se conoce desde hace pocos años. Atacó a las oficinas nuevas en Barcelona de Gas Natural en 2007, donde se llegaron a registrar más de 200 casos. Luego a la Torre Agbar y a La Caixa, que confirmó 64 afectados. Ahora, al menos 30 casos han sido diagnosticados en las oficinas de una cadena de supermercados de Hospitalet de Llobregat, donde trabajan cerca de 400 personas, según CC.OO. de Cataluña. Es un edificio que no encaja con los precedentes más sonados, ya que, lejos de ser nuevo, tiene varias décadas de vida.

Las lesiones no causan dolor. Además, son reversibles. La baja humedad combinada con electricidad estática provoca que el tejido graso de los muslos y antebrazos se pierda de forma irregular y deje semicírculos más hundidos. “No es una enfermedad dolorosa, pero no por eso un trabajador tiene por qué soportarla.

La lipoatrofia, cuya aparición se asocia a un exceso de exposición a campos electromagnéticos combinado con poca humedad, afecta más a las mujeres que a los hombres porque ellas tienen más tejido adiposo en las piernas. “Al principio algunas trabajadoras se veían marcas raras en las piernas, pero pensaban que igual era por celulitis. Al final una compañera fue al médico y se lo diagnosticaron”, cuenta Carmen Puig, de 34 años y con cerca de 10 trabajando para la cadena de supermercados. A raíz de conocerse el primer caso, salieron tres más. La empresa estuvo entonces obligada a informar a la Generalitat. “Tenían que seguir el protocolo”, explica.

El “protocolo” es el modo obligatorio que las empresas deben aplicar cuando se detectan cuatro casos entre los empleados. La Generalitat lo aprobó en 2007, tras la oleada de casos que supusieron la salida a la luz de cerca de 400 casos en total. Junto al protocolo, el Gobierno catalán llevó a cabo el reconocimiento de la enfermedad como accidente laboral sin derecho a baja ni indemnización económica, pero con la obligación por parte de la empresa de realizar exploraciones médicas e investigar y solucionar las causas que provocan la dolencia.

Las empresas, explica Pere Creus, del departamento de salud laboral de CC.OO, han actuado de manera muy distinta para atajar el problema de la lipoatrofia. “Algunas colaboran más que otras”, explica. En los tres casos más sonados las empresas pusieron medios contra la enfermedad.

0 0 votos
Valoración

El País

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

Suscribirme
Notificar de
guest
:arrow: 
:D 
:? 
8-) 
:cry: 
:shock: 
:evil: 
:!: 
:geek: 
:idea: 
:lol: 
:x 
:mrgreen: 
:| 
:?: 
:P 
:oops: 
:roll: 
:( 
:) 
:o 
:twisted: 
:ugeek: 
;) 
 
0 Comentarios
Inline Feedbacks
Ver todos los comentarios