Los alumnos del colegio Augusto Santiago Bellido de Vélez-Málaga no han empezado la semana con buen pie. Más del 90 por ciento de los escolares no asistieron ayer a sus clases por temor de las padres a la contaminación que pudieran sufrir como consecuencia de la demolición de un edificio contiguo. Se trata de una nave industrial que tiene cubiertas de fibrocemento que contienen amianto.
El miedo de los progenitores a que se pudiese producir un contagio medioambiental les ha llevado a tomar la decisión de no dejar a sus hijos en el centro educativo. Tanto estos como la dirección del centro han pedido al Ayuntamiento que los trabajos de demolición se realicen fuera del horario lectivo.
Inicialmente, la empresa encargada de las obras, que tiene la correspondiente licencia de la gerencia municipal de Urbanismo, no aceptó las exigencias aunque tras las protestas efectuadas durante la mañana de ayer decidieron retrasarlos hasta la tarde. “Nos han dicho que la demolición se hará fuera del horario escolar para evitar cualquier tipo de riesgo a los niños y niñas que se encuentran en el colegio Reñidero. Es un particular que quiere realizar una obra y cuenta con los permisos necesarios de Urbanismo”, manifestó la edil de Educación, Josefina Ruiz (PSOE).
No obstante, la dirección del centro ha pedido a la Inspección de Trabajo que supervise las obras que se van a realizar en la parcela limítrofe para que éstas no afecten a los alumnos ya que para la ejecución de este tipo de actividades se requiere un plan especial de trabajo.
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