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Mientras la comisión provincial de prevención de riesgos laborales analizaba el balance del pasado año, en los centros de trabajo los accidentes se sucedían al ritmo medio de la provincia. Más de tres accidentes se registraron cada hora durante el pasado año. Los datos hablan por sí solos sobre el problema que supone la alta tasa de siniestralidad laboral del 12,2 por ciento que registra Málaga, el doble de la andaluza. Más si cabe cuando las estadísticas elevan a 26 las personas que perdieron la vida trabajando, una cifra más preocupante aún si se tiene en cuenta que delata un incremento del 62,5% respecto a 2000.

Con la delegada de Empleo, Isabel Muñoz, al frente, la comisión de prevención de riesgos laborales cerró ayer el trágico balance del pasado año con un total de 30.704 accidentes ocurridos en los centros de trabajo, de los que el 8 de cada diez se concentraron en los sectores que mueven la economía malagueña: servicios y construcción.

Muñoz afirmó que las estadísticas evidencia que la siniestralidad laboral «sigue siendo un asunto preocupante en la provincia» y elevó a un 12 por ciento el crecimiento que estos sucesos experimentaron el pasado año pese a los proyectos que se están llevando a cabo, algunos pioneros en la Comunidad, para intentar frenar una curva hasta ahora sin punto de inflexión. En este sentido, la delegada de Empleo explicó que la subida del pasado ejercicio es dos puntos inferior a la del año 2000 y justificó el incremento en que es el sector de la construcción, el de mayor tasa de accidentalidad, el «que tira hacia arriba con aumentos tanto en sucesos leves, graves o mortales». Además, matizó que esta área productiva concentra en Málaga el 47 por ciento de la actividad de Andalucía. No en vano, sólo en el tercer trimestre del pasado año la población ocupada en construcción creció un 16 por ciento, frente al incremento medio del año en todos los sectores productivos del 2 por ciento.

Un año trágico

El año 2001 resultó tremendamente trágico. Un total de 26 personas perdieron la vida en sus centros de trabajo. De ellos, cinco fueron debidos a infartos o hemiplejias, según los datos facilitados por la Delegación Provincial de Empleo al finalizar la comisión de prevención. Pero la tragedia se extendió a otras 671 familias que han atravesado por el trance de sufrir directamente un accidente laboral con consecuencias graves, un dato ligeramente inferior al del año 2000. En la otra cara de la moneda se sitúan los 30.007 empleados que padecieron un accidente leve. Sin contar en ninguno de estos apartados a los trabajadores que sufrieron cualquier percance -leve, grave o mortal- en el trayecto de la casa al trabajo o viceversa, ya que en estas estadísticas no se contabilizan los accidentes in itinere. Desde las centrales sindicales se denuncia cada vez con mayor insistencia la necesidad de incluir estos datos en el balance global argumentando que cada día son más los accidentes de tráfico que debieran computarse como sucesos laborales.

Por sectores, el de construcción sigue estando a la cabeza en cuanto al incremento de la siniestralidad, un 14,7 por ciento más en 2001. Lo peor es que los accidentes mortales crecieron en este sector un 175 por ciento, pasando de cuatro víctimas en el 2000 a 11 en 2001. Los graves aumentaron un 13,8 por ciento, lo que se tradujo en que 263 obreros resultaron con heridas de gravedad. A ellos hay que sumar otros 11.797 sucesos leves, que también crecieron en torno al 14 por ciento. Los datos preocupan más si se tiene en cuenta que a lo largo del pasado año la labor inspectora se mantuvo en la línea de los últimos años de paralizar un centenar de obras por riesgo grave e inminente para el trabajador, a lo que se sumaron las sanciones impuestas a los constructores, muchos de ellos reincidentes y la puesta en marcha de un plan de trabajo con las empresas que registran un mayor número de accidentes de trabajo para insistirles en un mensaje que a la vista de los datos parece que aún no les ha quedado claro: invertir en seguridad es la mejor inversión. Cabe recordar que unas 70.000 personas trabajan en este sector.

Siguiendo los pasos a la construcción le sigue servicios con un crecimiento de la siniestralidad del 13,3 por ciento. Se trata de un sector que concentra a unos 280.000 empleados de los 408.000 que conforman la población activa ocupada de la provincia. Doce personas fallecieron en centros de trabajo adscritos a este sector, el doble de un año antes, 315 resultaron heridas de gravedad y 14.318 con heridas leves.

Frente a ellos, está agricultura con un descenso de accidentes laborales del 2,1 por ciento e industria con un incremento ligero del 2,8 por ciento. Fue precisamente en unas plantas industriales en las que se registraron los otros tres accidentes mortales.

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Diario Sur

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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