Un denso olor a gas y una deflagración fueron el inicio de las escenas de pánico que se vivieron ayer en la confluencia de las calles de Emilio Ferrari y de Esteban Collantes (Ciudad Lineal). Densas llamaradas de unos 14 metros de altura procedentes de una tubería de gas perforada por una excavadora obligaron a desalojar un bloque de 16 viviendas. Entre sus moradores había ancianos y personas incapacitadas, que tardaron bastante tiempo en llegar a un lugar seguro. El alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, fue abucheado por los vecinos por la falta de seguridad en el barrio cuando llegó al lugar del siniestro.
Y es que los ánimos estaban caldeados en esas calles de Ciudad Lineal. Hace menos de un año, otra máquina excavadora rompió otra tubería del gas y estuvo a punto de causar un siniestro similar al de ayer. Los vecinos alertaron a los servicios de seguridad de este problema, pero nadie les hizo caso, según le gritaron ayer a voces al alcalde de Madrid.
La rotura se produjo a las nueve de la mañana, cuando la excavadora de una empresa contratada por la compañía de telefonía por cable Madritel perforó la tubería del gas. El denso olor alertó a los trabajadores que estaban haciendo una zanja para meter la línea de telefonía y televisión, por lo que abandonaron la zona a toda velocidad. Una chispa inició el fuego, que causó una gran llamarada que sobrepasó los cuatro pisos de altura (más de 14 metros). Estaba desayunando mi hijo cuando hemos oído una explosión y al asomarnos a la ventana había mucho fuego en la calle. Gracias a que los bomberos han llegado pronto y las han apagado, porque podíamos haber muerto todos los vecinos, relataba Jesús González Tello, uno de los afectados.
La peor parte de la deflagración se la llevó la droguería perfumería Conrado. Parte de sus escaparates se rompió por la onda expansiva. Además, los aleros y los luminosos quedaron prácticamente derruidos. Pensé que no salíamos vivos. Mi marido, de 80 años, está inválido y no podía bajar las escaleras porque estaban llenas de gente. Además, como no puede casi moverse, le he tenido que arrastrar hasta que han llegado unos vecinos y me han ayudado a bajarlo. Lo hemos pasado muy mal, se lamentaba Emiliana Lázaro, una vecina de 77 años que vive en el primer piso del edificio siniestrado. Los sanitarios del Samur-Protección Civil trasladaron a las 15 personas que desalojaron sus viviendas hasta una cafetería cercana. Allí tuvieron que atender a dos vecinos que sufrieron crisis de ansiedad. Ninguna familia necesitó ser realojada por los servicios sociales municipales.
Los bomberos desplazaron al lugar del accidente cinco dotaciones, que tardaron pocos minutos en extinguir el incendio. Las llamas acabaron con la excavadora que causó la avería y con un volquete próximo. También afectaron a tres coches que estaban aparcados en las inmediaciones. El siniestro provocó por último que 650 clientes de Unión Fenosa se quedaran sin fluido eléctrico, ya que los cables de un transformador resultaran calcinados.
El alcalde de Madrid sufrió el abucheo de un centenar de vecinos indignados por la falta de seguridad en las obras públicas que se han acometido en el barrio. No espere que le votemos, porque no lo vamos a hacer, sinvergüenza y sólo viene a salir en la foto fueron algunos de los improperios que le profieron al regidor. Éste se congratuló de que sólo hubiera daños materiales, ya que ésos se arreglan.
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