Asturias y León monopolizaron los nuevos diagnósticos de neumoconiosis o enfermedad del minero durante el año 2002. El dato figura en la memoria del Instituto Nacional de Silicosis, centro dependiente del Hospital Central, que acaba de ser publicada. El instituto, de referencia estatal, contabiliza los nuevos casos de silicosis registrados anualmente en distintos puntos de España.
La memoria del 2002 recoge un total de 292 nuevas notificaciones procedentes de Galicia, Asturias, Castilla y León, País Vasco, Aragón, Murcia, Castilla La Mancha y Andalucía. El mayor número de casos se produjeron, por este orden, en Castilla y León y Asturias.
El Principado contabilizó en concreto 90 de los 292 declaraciones. Dicho de otro modo, tres de cada diez casos nuevos de la enfermedad del minero registrados en toda España se produjeron en Asturias. Por encima del Principado se sitúa la comunidad castellano y leonesa. 156 declaraciones nuevas tuvieron origen en esta región. Un dato curioso es la incidencia de silicosis en el Principado entre profesionales en activo y pensionistas. La memoria revela que los sistemas de prevención funcionan. La amplísima mayoría de notificaciones –85– tuvieron su origen en trabajadores ya jubilados. Sólo cinco casos se detectaron entre profesionales en activo. Tres, de 50, 52 y 61 años, trabajan en la minería del caolín. Los otros dos, de 40 y 50 años, proceden de la minería del carbón.
La memoria hace especial hincapié en el incremento del número de casos tras años de reducción. En concreto, las declaraciones de silicosis para el conjunto del Estado venían cayendo desde 1998 hasta el 2001. El aumento en las notificaciones se debe, según el estudio, al mayor control efectuado en la población minera de Galicia. La comunidad vecina notificó un total de 41 casos de silicosis durante el último año objeto de estudio.
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