El operario que trató de rescatar a la niña tendrá que sentarse en el banquillo de los acusados el próximo 10 de diciembre como presunto autor de un delito de lesiones por imprudencia profesional grave. El fiscal le pide dos años de cárcel.
Según la calificación del Ministerio Público, sobre las 20.50 horas del 29 de enero de 2007, un electricista que se dirigía a su trabajo recibió por su emisora el aviso de que un ascensor del hospital se había detenido con personas dentro y se apresuró hacia el lugar donde «sin esperar a que llegaran sus compañeros» para ayudarle a estabilizar el elevador, abrió la puerta externa y la interna del aparato.
El acusado observó que había dentro tres adolescentes «muy nerviosas», por lo que intentó sacar a una de ellas pero como a la vez, sujetaba la puerta del ascensor, la joven se precipitó al vacío y cayó al suelo a una distancia de casi dos metros.
El fiscal afirma que en el momento de los hechos «el procesado omitió en su actuación como electricista las normas básicas de prevención de accidentes» y «no esperó a contar con la ayuda de sus compañeros».
A consecuencia del accidente, la joven sufrió lesiones como un traumatismo craneoencefálico grave, una fractura de cúbito izquierdo, así como heridas que le han provocado lesiones estéticas y un trastorno depresivo crónico.
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