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La Dirección General de la Policía no retiró varios elementos supuestamente radiactivos del Centro de Procesos de Datos de El Escorial a pesar de que un informe sobre riesgos laborales de marzo del 2005 alertaba de la presencia de detectores de humos que contenían una «fuente radiactiva», y que eran, por tanto, «altamente tóxicos».

El Ministerio del Interior, que se ha puesto manos a la obra para saber si el brote cancerígeno detectado en estas instalaciones guarda relación con las radiaciones emitidas por aparatos y ordenadores, ha comenzado la investigación recopilando los historiales médicos de los doce agentes y trabajadores enfermos y fallecidos.

Aquel informe, que fue remitido a la dirección del Cuerpo Nacional de la Policía antes de que se diagnosticaran la mayoría de los casos de cáncer en El Escorial, era obra del gabinete de prevención de riesgos laborales del Sindicato Unificado de Policía (SUP).

En ese estudio, en el que se analizaban las condiciones de trabajo de los 250 funcionarios destinados en las instalaciones, se denunciaba la existencia de numerosos «detectores de humos e incendios de tipo iónico, marca Cerberus». «Estos detectores -añadía el informe- contienen una fuente radiactiva, normalmente Americio-241. Estos radioisótopos son altamente tóxicos y emisores de radiación alfa, por lo que presentan posibles riesgos de contaminación».

Los técnicos del SUP explicaban que esos aparatos son tan tóxicos que necesitan 460 años para dejar de ser contaminantes, e insistían en los «posibles problemas que este tipo de radiaciones pueden suponer para la salud» y recordaban que esa clase de detectores están proscritos por ley desde 1975.

A pesar de que las denuncias llegaron a la dirección de la institución policial, cuando el pasado año se hicieron reformas el centro, sólo se sustituyeron los detectores Cerberus situados en la sala central de ordenadores, pero se dejó el resto de aparatos del edificio, en oficinas y despachos, al parecer por razones presupuestarias.

El servicio de prevención de riesgos laborales de la Policía, que inició el martes una investigación sobre las causas del brote de cáncer, ya ha encargado a una empresa especializada externa que realice las mediciones de radiaciones en el centro.

Además, los agentes iniciaron ayer la recopilación de los historiales médicos de los doce trabajadores afectados (nueve hombres y tres mujeres), cinco de los cuales han muerto. Los informes desvelan que los enfermos y fallecidos han sufrido siete tipo de cánceres diferentes: pulmón, garganta, leucemia, hígado, mama, bocio y riñón.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, confirmó que se ha abierto una investigación sobre el brote de cáncer, aunque se mostró convencido de que los casos no tienen relación con el edificio, pese a que las indagaciones científicas apenas han comenzado.

«No hay ninguna razón para pensar que haya un riesgo de contraer cáncer por trabajar en ese centro. Pero pese a todo, aunque estoy convencido de que es así, lo vamos a investigar», dijo el ministro en el Senado. Rubalcaba recordó que el centro de El Escorial «no es el más importante de España ni de Europa, y en ningún sitio pasa nada» y se comprometió a hacer públicos los resultados de la investigación.

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La Voz de Galicia

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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