La entrada en vigor del nuevo carné de conducir por puntos se retrasará hasta finales de año, según anunció ayer en el Senado el director general de Tráfico, Pere Navarro. El nuevo permiso iba a ser implantado inicialmente este verano aunque la complejidad técnica de la medida obligará a ampliar los plazos al menos seis meses. En su intervención, Navarro explicó que tras haber recibido 196 enmiendas al Proyecto de Ley del carné por puntos, hoy entrará en funcionamiento la ponencia del Congreso que, previsiblemente, terminará sus trabajos en el mes de abril.
De este modo, según Navarro, la ley podría ser aprobada en el Pleno del Congreso a finales de abril o principios de mayo, con lo que «se cumpliría el compromiso de tenerla aprobada antes del verano», y, así, «antes de final de año deberá estar implementada». En ese sentido, señaló que en Francia esta misma ley fue aprobada en 1989, aunque no entró en vigor hasta 1992 y no empezó a dar sus frutos hasta 2002, pero aquí, subrayó, «no tenemos todo ese tiempo».
En su comparecencia, Navarro resumió «lo que han sido estos diez meses» al frente de la DGT, y destacó que al poco de ocupar su cargo, el pasado 7 de mayo, tuvo que enfrentarse a la operación de tráfico con motivo de las vacaciones de verano, periodo, el comprendido entre los meses de julio y septiembre, en el que se producen más del 30% de los accidentes registrados en todo el año. Su objetivo, dijo, fue priorizar la seguridad sobre la fluidez y para ello se hizo especial incidencia en los controles de velocidad y alcoholemia, que en 2004 se duplicaron frente a los existentes en 2003, y en la información y sensibilización de los conductores a través de los paneles de información variable.
Tras la campaña de verano, explicó que la primera iniciativa que adoptó fue la creación, el pasado septiembre, del Observatorio Nacional de Seguridad Vial como «un punto de referencia sobre la siniestralidad». Un mes después el Consejo de Ministros aprobó el Proyecto de Ley del carné por puntos y en diciembre se puso en marcha el Plan de Radares 2005-2007 con el que se pretenden colocar 500 radares fijos para tratar reducir los excesos de velocidad.
Añadió que también se ha potenciado el Consejo de Seguridad Vial con la creación de grupos de trabajo sobre temas específicos y que se pretende incrementar en 3.000 el número de agentes de la Guardia Civil de Tráfico en los próximos cuatro años. Además anunció que se trabaja en la elaboración de un plan tipo de seguridad vial en el ámbito urbano para reducir los accidentes de tráfico en las ciudades, que suponen el 50% de los contabilizados anualmente.
Para Navarro, los planes de seguridad vial deben ser por periodos de cuatro a cinco años y no anuales, ya que las medidas deben mantenerse en el tiempo y «si se hace bien», estimó, «podríamos llegar a salvar 1.000 vidas», teniendo en cuenta que en 2004 murieron en las carreteras 500 personas menos que el año anterior.
La mayoría de los portavoces de los grupos en el Senado agradecieron la exposición de Navarro y algunos, como el del PP, José Antonio Sacristán, le preguntaron si se iban a adoptar medidas para evitar el colapso de los teléfonos de información de la DGT en situaciones de emergencia como las provocadas este invierno a causa de la nieve y el hielo. El senador le pidió también la adopción de mayores medidas de seguridad en los controles para tratar de evitar accidentes como el que se saldó con la muerte de seis guardias civiles tras ser arrollados por un camión.
Navarro aseguró que no hay sistema que aguante 300 llamadas en un día, por lo que en situaciones de emergencia como ésas lo mejor es estar informado por la radio o internet. En cuanto al accidente, destacó que en la A-1 circulan 8.000 camiones diarios y hay que darle a este asunto una «atención especial» porque «cuando en un accidente hay un camión por medio siempre hay muertos».
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