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Conocido por sus investigaciones sobre los posibles efectos nocivos sobre la salud de los campos electromagnéticos y por su postura crítica hacia las recomendaciones europeas adoptadas por la legislación española al respecto, Claudio Gómez Perretta, licenciado en Ciencias Químicas y doctor en Medicina, no podrá continuar en esta línea de investigación en la que trabajaba desde 1997. El pasado lunes fue suspendido en dicha actividad, que desarrollaba en el Centro de Investigación adscrito al Hospital de la Fe de Valencia.

Los responsables del centro hospitalario argumentaron esta suspensión -que el afectado llama abiertamente «censura»- en que, al ser jefe de la Unidad de Adicción, no está acreditado para trabajar en la investigación de campos electromagnéticos, según describe el propio Gómez Perretta. El Hospital de la Fe, por su parte, ha rechazado hacer declaraciones al respecto.

La prohibición de estas investigaciones ha ido acompañada de la amenaza de que «su incumplimiento podría dar lugar a una sanción grave» por lo que, en la actualidad, cualquier trabajo de estas características queda en suspenso.

Alarma social

El doctor Gómez Perretta declara que si bien «acata» tal decisión no la comparte porque «va en contra de una política hospitalaria de calidad». Aclara este científico -que insiste en que él sólo es un trabajador público, sustituible pero por profesionales independientes- que «evidentemente, no es casualidad que lleve desde 1997 con estas investigaciones y las suspendan ahora, tiene ‘demasiado’ que ver con la alarma social actual, la incertidumbre respecto a posibles efectos nocivos para la salud y, desde luego, con el caso del colegio García Quintana de Valladolid, que está teniendo una repercusión en el ámbito científico mundial».

Asimismo, defiende que, si bien es cierto que esta no es la línea oficial de investigación de este centro dependiente de la Consellería de Sanidad, «trabajamos desde el principio motivados por la gran demanda y preocupación que existe y porque, según parece, en nuestros estatutos se contempla la posibilidad de que este centro de investigación, único en la comunidad entroncado en un hospital público, pueda crear nuevas líneas en función de intereses sanitarios o morbilidades que puedan surgir de manera más o menos repentina como el mal de las ‘vacas locas’, el sida o la legionelosis».

Conciliación

Perretta, cuya postura profesional es la de «conciliar las innovaciones con la protección», de investigar «para conocer más de la actual incertidumbre científica sobre estos temas» y, por lo tanto, de restringir mucho más las «permisivas» políticas españolas y la oficial europea «como ya han hecho otros países», ha manifestado que lo que «no se puede es cerrar lo ojos a lo que está ocurriendo, cortar investigaciones cuando más falta hacen y arreglar el problema con un ‘real decretazo’».

El investigador valenciano asegura que dirigió sus investigaciones «a los campos electromagnéticos provenientes de las estaciones de telefonía o del propio celular porque suponen, por su rápida expansión, un hipotético problema sanitario de difícil previsión que requiere la máxima atención por parte de las autoridades sanitarias».

Además de Gómez Perretta, se ha cerrado el centro del doctor Bardasano, en Alcalá de Henares, y en Francia, la investigación del doctor Roger Santini, con lí- neas similares de investigación.

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El Norte de Castilla

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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