Los hijos y hermanos de mineros fallecidos en accidente laboral en las minas públicas asturianas que no lograron superar los exámenes médicos para entrar a trabajar en Hunosa quieren que la empresa les consiga un empleo en los proyectos de dinamización económica participados por la Sociedad Asturiana de Diversificación Minera (Sadim), órgano reindustrializador de la compañía estatal. Hay que recordar que Sadim ha impulsado en las Cuencas iniciativas empresariales tan destacadas como Rioglass, Curvet o Mecánicas Urueña, y que tiene en cartera proyectos significativos como la farmacéutica Diasa Europa, por citar algunas.
Los familiares de trabajadores muertos en los pozos de Hunosa, que integran un colectivo conocido como Asociación de Preferencia Absoluta (Peas, en la terminología de trabajo que emplean los sindicatos y la empresa), esgrimen un acuerdo negociado con Nemesio Fernández Cuesta, anterior secretario de Estado de Energía, y firmado por los sindicatos con la también anterior directora general de Minas, Paloma Sendín, según el cual los miembros del grupo de preferencia absoluta que no superaran las pruebas médicas para entrar a trabajar en el interior de la mina serían empleados en las empresas nacidas al amparo de los planes de diversificación.
Cambios en Economía
La portavoz del colectivo, Mar Sánchez, explica que «el próximo septiembre retomaremos la negociación para reclamar el cumplimiento del acuerdo que firmamos con Paloma Sendín». Sánchez está a la espera de mantener una reunión con la nueva directora de Minas, Carmen Becerril. «El acuerdo se paralizó por la renovación de cargos en el Ministerio de Economía. Posteriormente mantuvimos contactos con Becerril hace unos meses y nos pidió que esperáramos a que se firmara el plan de empresa. Ahora es el momento de retomar la negociación, la reunión ya ha sido solicitada por escrito», añade Sánchez.
El acuerdo que esgrime el grupo de preferencia absoluta en las contrataciones de Hunosa señala que la empresa buscará trabajo en el exterior de los pozos o en los proyectos de diversificación para aquellos hijos de mineros fallecidos en accidente que no superen los exámenes médicos y sean rechazados para trabajar en el interior de los pozos.
El colectivo se organizó hace cuatro años para exigir un puesto de trabajo en Hunosa. Algunos, como Mar Sánchez, superaron los reconocimientos de la empresa y ya están trabajando en la mina; sin embargo, ahora mismo (hay que tener en cuenta que desgraciadamente el grupo varía de número cada vez que hay accidentes mortales en la mina) queda algo menos de medio centenar de personas sin emplear por no superar las pruebas médicas. Mar Sánchez lo tiene claro: «Yo estoy trabajando pero seguiré implicada en esta lucha hasta que no quede nadie sin empleo, hasta que el último de ellos entre a trabajar en Hunosa». La portavoz del grupo de preferencia absoluta señala dolida: «Cuando tu padre se mata en la mina todo son buenas palabras y buenos gestos pero luego eso queda en nada y si no peleas no hay solución. En ocasiones veo que la empresa no tiene interés por buscar una salida y que lo único que hace es dejar pasar el tiempo». Como otras veces, septiembre también será clave en esta negociación.
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