El profesor de la Universidad de Oviedo Manuel Jesús Falagán Rojo ha publicado un libro sobre la «Higiene industrial aplicada», que se utilizará como manual dentro de la Escuela Superior de Ingenieros de Minas de la localidad asturiana. Según explica el autor del trabajo, es «una publicación a modo de guía práctica para cualquier técnico superior en prevención de riesgos laborales».
El profesor reconoce que las dos razones fundamentales de la publicación del manual se deben a «la falta de importancia» que se otorga en la actualidad a las enfermedades profesionales en el conjunto del Estado español, aunque por otro lado reconoce que la legislación de 1995 de prevención de riesgos laborales permite abordar «todos los riesgos laborales» de un centro de trabajo y no sólo los que tienen que ver de manera directa con un accidente del tipo que sea. En este caso, Jesús Falagán considera que «la higiene industrial adopta un nivel relevante», bajo ese concepto.
La segunda razón de la publicación del libro se encuentra en «la escasa bibliografía en castellano referida a esta disciplina, así como por la alta demanda de profesionales». En el fondo, el interés que persigue la publicación es incentivar la cultura preventiva entre los técnicos y, a la vez, provocar que la apliquen en todos los órdenes de la empresa.
Demanda de prevención
El profesor universitario reconoce la existencia de una fuerte demanda de higienistas industriales dentro del Estado español, que se destaca a nivel europeo por el alto grado de siniestralidad laboral. Jesús Falagán afirma que «el trabajo puede generar alteraciones de la salud que en ocasiones no aparecen reflejadas en las estadísticas de siniestralidad, bien sea por lo inespecífico de las consecuencias o por la demora en el tiempo existente entre la exposición laboral y el daño producido». El técnico reconoce que las causas más relevantes de las patologías de origen laboral son de origen ambiental, «debidas a la presencia de contaminantes en el medio ambiente del trabajo y la Higiene Industrial debe estudiarlas»., explica.
Falagán reconoce que el sistema estatal de enfermedades profesionales «cuenta con poca fiabilidad en su registro» y la causa de este panorama desalentador «radica en la poca conciencia social frente a los daños causados a largo plazo por los riesgos laborales. Poca conciencia que se ha dotado de unos sistemas de registro y de control acordes con dicha inconsciencia», señaló.
Para él, el registro de enfermedades profesionales es «obsoleto y restrictivo», por lo que promueve desde la publicación su sustitución y ampliación.
El profesor universitario reconoce que debe de haber un cambio para conocer el porqué de las enfermedades profesionales. En este campo entra el higienista «que tendrá que ocuparse de medir los niveles ambientales en el área de trabajo», y cuyo coste «no es caro, más lo es tener accidentes», dijo.
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