Una avioneta que fumigaba los campos de remolacha en los alrededores de la localidad segoviana de Fuentesaúco de Fuentidueña, se estrelló ayer en la tierra del Hontanar al chocar con los cables de alta tensión situados cerca del campo que sulfataba. El accidente tuvo lugar a las 9.30 de la mañana, aunque la avioneta, propiedad de una empresa de Córdoba, llevaba sobrevolando la zona desde las 7.00, según informaron varios vecinos del pueblo. «Esta mañana se ha ido la luz un momento, y justo después nos hemos enterado de lo ocurrido», comentaba un habitante de Fuentesaúco.
El piloto, José Luis Álvarez, sevillano de 32 años, resultó herido con un traumatismo facial grave y fracturas en ambos brazos, como consecuencia de la colisión. Los profesionales del centro de salud del pueblo acudieron inmediatamente al lugar del accidente para atender al herido. «Tenía la cara destrozada y se ahogaba debido a la hemorragia», dijo una facultativa del centro, que aseguró que el piloto permaneció consciente en todo momento.
Ante la gravedad de la situación, se avisó a un helicóptero del Sercam de la Comunidad de Madrid, que se encargó de evacuarlo tres horas después del siniestro al hospital de Madrid Doce de Octubre. «En el rescate han colaborado trece personas», afirmó un testigo de la evacuación.
Desde Córdoba
La avioneta, marca Piper, modelo PA-36, pertenecía a la empresa privada Trabajos Aéreos Espejo, con base en Córdoba desde donde despegó el pasado martes para realizar las labores de fumigación. Cuando se produjo el accidente, la avioneta sobrevolaba los campos de remolacha de la distribuidora Fitoestar, y tenía previsto seguir sulfatando en los campos de Agrocuéllar y la Cooperativa del Campo Plis-I.
Un responsable de Agrocuéllar, Juan Carlos de Frutos, testigo presencial de los hechos, explicó que el siniestro se produjo cuando la avioneta volaba bajo el tendido eléctrico y al elevarse chocó con unos cables y perdió la cola, lo que hizo que se estrellara. «Con el impacto del golpe la parte delantera quedó destrozada y el casco del aviador terminó a varios metros de la avioneta», afirmó .
Después de evacuar al herido, acudieron al lugar del siniestro varios responsables de la empresa cordobesa Taespejo, para evaluar la magnitud del accidente, quienes reconocieron que casi todos los años ocurre un suceso de estas características.
Para evitar males mayores, se salvaguardó la zona con un cortafuegos alrededor de la avioneta siniestrada ya que había peligro de que el depósito, todavía con combustible, se incendiaraen el campo.
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