Según la encuesta, dos de cada tres mujeres tuvieron la oportunidad de realizar un reconocimiento médico en el último año. De ellas, un 65% opina que el chequeo no está adaptado a los riesgos de salud que entraña su puesto de trabajo, por lo que cuestionan su utilidad.
Bellas pidió que se cumplan los “protocolos sanitarios específicos”.
Muchas de las enfermedades profesionales, denuncia Bella, no se tratan como tales sino como dolencias comunes, como son las frecuentes molestias en lumbares y cervicales, algo que sufre casi un 40% de las trabajadoras gallegas. El dato se explica porque el 70% desempeña su trabajo sentada, mientras que sólo un 28% lo hace de pie.
Aun así, la gran mayoría piensa que su lugar de trabajo es confortable.
Con respecto a la carga mental que lleva consigo el puesto de trabajo, un 13,7% asegura que le cuesta conciliar el sueño. Al mismo porcentaje su trabajo le provoca dolores de cabeza, mientras que un 21,8% tiene una sensación continua de cansancio.
El exceso de ordenador causa además molestias en los ojos a un 9% de las encuestadas.
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