El Juzgado de lo Social celebra esta mañana el juicio correspondiente a la demanda por el fallecimiento de Ricardo G. A., un trabajador de Izar que tenía reconocida una invalidez absoluta por asbestosis. Su familia sostiene en la demanda que su muerte por cáncer tiene relación con esta enfermedad profesional y, por ello, reclama a la empresa una indemnización por daños y perjuicios.
Ricardo G. A., fallecido el 29 de marzo del 2000, había nacido en el 1931. Ingresó en la antigua Bazán y fue durante muchos años mecánico ajustador montador, profesión en la que estuvo destinado en muchas ocasiones en el área de actividad de la factoría conocida como monturas a flote, que corresponde a la fase final de construcción de un buque. Hasta los años 80, estos trabajadores fueron los más expuestos a la contaminación por amianto. Con muy pocas medidas de seguridad, se utilizaban mantas de este material para recubrir calderas y conducciones de calor del barco. Al manipular las mantas, diminutas partículas de asbesto se desprendían y permanecían en el aire. Las pesonas que estaban próximas respiraban estas fibras que quedaban incrustadas en los pulmones. Con el paso de los años, en ocasiones hasta 20 años después, estas personas contaminadas comenzaban a tener serios problemas pulmonares.
El médico Carlos Piñeiro actuará como perito de la parte demandante para intentar demostrar que su fallecimiento tiene relación con su actividad laboral. La empresa, que ha rechazado indemnizar a la familia, sostiene todo lo contrario y lleva a otro perito médico para intentar demostrar lo contrario.
Tendrán que ser los tribunales, consecuentemente, quienes resuelvan sobre el asunto.
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