Los catalanes, los extremeños y los castellanomanchegos son los españoles que están menos expuesto al humo del tabaco, según un estudio que ha presentado en Barcelona la Sociedad Española de Neumonía (SEPAR) sobre el tabaquismo pasivo en España. Según un ránking sobre exposición al humo en las distintas Comunidades Autónomas, en el que se tiene en cuenta la exposición al tabaco en los ámbitos laboral y escolar, en el tiempo de ocio y en el entorno familiar, los murcianos son los que están más expuesto al humo del tabaco, seguidos de los gallegos y los canarios.
Una de cada dos personas no fumadoras en España, concretamente el 49,5%, tiene que respirar humo de tabaco de manera habitual en su entorno laboral, doméstico, educativo o de ocio. Así lo refleja el primer estudio sobre tabaquismo pasivo y que destaca además que el 41% de los menores de 13 años convive con un fumador.
El trabajo, realizado a partir de una muestra de 6.553 personas representativas de la población española y de todas las comunidades autónomas, afirma que en el colegio o en la universidad, a pesar de las prohibiciones, la situación también es grave, ya que el 17% de los niños y jóvenes tienen que sufrir el humo de compañeros y profesores. En una escala de 0 a 10, la intensidad de la exposición al humo de tabaco es de 6. Las mujeres embarazadas tampoco se libran de este problema, y el 26% convive con algún fumador en el hogar. El informe, que fue calificado de «escalofriante» por el presidente de la SEPAR, el doctor José Luis Álvarez Sala, señala que algunos fumadores pasivos lo son por partida doble y a veces triple. Uno de cada cuatro (24,9%) sufre el humo de tabaco en su entorno laboral y doméstico o de ocio y educativo y el 2,8% en tres de los cuatro lugares distintos. Además, el 60% de los encuestados asegura estar expuesto durante menos de 4 horas al día; el 30%, de 4 a 8 horas, y el 9% durante más de 8 horas.
Juan Antonio Riesco, presidente del Comité de Tabaquismo de la SEPAR, señaló que «se trata de datos muy preocupantes que revelan la excesiva permisividad actual con el tabaco». Esto es así, según Riesco, porque «un fumador pasivo que esté inhalando humo de tabaco diariamente durante años puede sufrir las mismas consecuencias para su salud que un fumador habitual, como, por ejemplo, cáncer de pulmón o de laringe y enfisema pulmonar». Según otros estudios realizados en España, el número de muertos entre los fumadores pasivos ronda el millar de personas cada año.
El informe de la SEPAR revela que el grado de incomodidad que sufren los fumadores pasivos es «bastante» o «mucho» en el 85% de los casos y es más «frecuente» en las mujeres y en los mayores de 65 años. El 95% de este colectivo considera que el tabaquismo perjudica seriamente a su salud. El 3% de los no fumadores que se ve expuesto a inhalar diariamente humo de tabaco ha consultado a un médico por problemas relacionados con el tabaquismo pasivo. En un 62% de los casos, las consultas se han orientado al médico de medicina general y en 26% al neumólogo.
El problema en España no es tanto la legislación antitabaco, que ha cambiado aceleradamente en los últimos años y es cada vez más coercitiva, sino que, en opinión de la doctora María Teresa Casamitjà, neumóloga del Hospital Josep Trueta de Girona y miembro del Comité de Tabaquismo de la SEPAR, «la gente no se queja lo suficiente, porque sabe que no le sirve de mucho, porque en nuestro país se ha implantado la cultura del tabaco y los derechos de los no fumadores son un concepto reciente».
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