Un 48 por ciento de los trabajadores europeos padecen estrés como enfermedad, y el 80% de ellos desean cambiar de trabajo por este motivo. Esta es una de las conclusiones que se derivan de las V Jornadas sobre el Síndrome Depresivo organizadas por Lassus, en las que los expertos coincidieron en la importancia de que las empresas desarrollen planes de prevención contra el llamado síndrome de Burnout o estar quemado, para evitar las consecuencias físicas y emocionales del estrés laboral y su consiguiente repercusión en su funcionamiento. En las Jornadas también se habló sobre estrés infantil, la somatización de los trastornos ansioso-depresivos, repercusiones psicológicas de los abusos sexuales y duelo y muerte en la vejez.
El estrés laboral se define como el «desequilibrio entre las demandas del trabajo y los recursos que el individuo tiene para llevarlas a cabo», según puso de manifiesto la psicóloga María José González, quien destacó el hecho de que la importancia de este tema radica en la incidencia que tiene en la Salud Pública por las bajas laborales que causa.
La Organización Internacional del Trabajo afirma asimismo que el estrés es «un peligro» para el trabajador por las consecuencias físicas y emocionales que tiene, así como para el «buen funcionamiento de una empresa, ya que aquí es necesario que se tenga cuidado y se cree un buen ambiente porque contribuirá a que la empresa sea más competitiva y más productiva».
González advirtió que aunque no todo el estrés es negativo dando lugar a enfermedades psicosomáticas, sino que hay «estrés positivo» que ayuda a la evolución y al enfrentamiento de ciertas situaciones, «en el manejo del estrés vemos que muchos individuos producen respuestas de escape y alivio inadecuadas, lo que contribuye a añadir más estrés, y es que en una situación así el agobio hace que se quiera salir cuanto antes de la misma y además con calma, lo que provoca respuestas erróneas como son a veces el abuso de sustancias».
Tipos de estrés
La psicóloga mencionó durante su intervención en las Jornadas de Lassus dos tipos de estrés laboral. Por un lado, el estrés episódico, asociado a situaciones muy concretas, por ejemplo un despido, y por otro, el estrés crónico.
Este último se puede producir por varias causas, como ambiente y condiciones laborales inadecuadas, sobrecarga de trabajo, alteración de ritmos biológicos, responsabilidad y toma de decisiones importantes, y estimulación lenta y monótona. Cuando se dan estas condiciones, el estrés laboral y el llamado síndrome de Burnout o estar quemado provocan síntomas como apatía, desinterés, cansancio, fatiga, ansiedad o pérdida de identidad en los trabajadores que lo padecen.
Por ello, María José González insistió en la importancia de la prevención desde dos perspectivas. Desde la empresa, «con más cuidados médicos, la protección y medios de trabajo adecuados, estimulación de vínculos interpersonales, establecimiento de prioridades y controles de calidad», entre otras medidas. Desde la perspectiva del trabajador, la psicóloga recomendó la programación «tanto del trabajo como del ocio, dejar márgenes para imprevistos, anticipar tareas para no sobrecargar, saber decir no, delegar funciones, y aprovechar las horas de máximo rendimiento y los tiempos inútiles para descansar y reorganizarse».
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
Compartir este contenido
También podría gustarte
Aumenta el porcentaje de accidentados laborales sin baja por temor a perder el empleo, según UGT
Laboralia reunirá a los mejores especialistas en responsabilidad social y prevención de riesgos laborales
