Un equipo de investigación europeo ha llevado a cabo un estudio con el que trató de dilucidar la mejor manera de que la Unión Europea equilibre el buen rendimiento económico con la conservación e incluso la mejora de la calidad de vida del ciudadano.
Europa se encuentra inmersa en un periodo de grandes cambios en los terrenos geográfico, político, social y laboral. Cuando las miras están puestas en mejorar la economía de cada país y el nivel de vida de cada ciudadano, todo ello puede ir en detrimento de la calidad de vida.
El objetivo del proyecto financiado con fondos europeos Quality («Calidad de vida en una Europa en proceso de cambio») fue comparar y contrastar datos sobre el nivel de vida de los ciudadanos de ocho países seleccionados expresamente para obtener una muestra representativa de la diversidad de Europa. La información recabada guardaba relación con cuestiones como el empleo, el nivel de ingresos, las condiciones laborales, la educación, la vivienda, la familia, la salud, el equilibrio entre lo laboral y lo personal, el grado de satisfacción con la vida y la calidad que cada sujeto percibe de la sociedad.
Los objetivos marcados para el proyecto tenían la finalidad de deparar una visión exhaustiva y comparativa de la vida personal y laboral de los europeos. Se trazaron las tendencias futuras relativas a la calidad de vida y la situación laboral por medio de un ejercicio de análisis y extrapolación de los datos por parte de legisladores, políticos y expertos. En relación con esto, se examinaron las condiciones que deberían darse para lograr entornos laborales más equilibrados en los que el trabajo sea más sostenible desde el punto de vista social y económico. Otro tema destacado y muy relevante fue el de la igualdad de género.
La información obtenida fue de índole tanto cualitativa como cuantitativa. Partiendo de los resultados de encuestas nacionales, el equipo de Quality desarrolló un instrumento con el que examinar la calidad de los espacios de trabajo de Europa desde el punto de vista social. Se efectuó un análisis de distintas proyecciones de futuro que facilitó a grupos de alto nivel la tarea de definir las tendencias de la calidad de vida para los dos sexos. También se examinó la influencia del género en la calidad de vida y la calidad del empleo así como el impacto de las políticas introducidas.
En términos generales, los resultados apuntaron a que, desde una perspectiva política, las condiciones en los estados del bienestar socialdemócratas sustentaban una mayor calidad de vida con un mayor grado de igualdad de género, apoyo estatal a la familia y seguridad laboral.
Una de las recomendaciones emanadas del estudio consiste en invertir en la sostenibilidad y en la igualdad de género. Se considera recomendable enfocar la vida como una experiencia de aprendizaje permanente que deja margen para acontecimientos familiares (como los nacimientos) y en la que puede haber distintas etapas.
Las recomendaciones de Quality instan a las organizaciones en general, en el interés de la calidad de vida del ciudadano, a otorgar la misma importancia a la eficacia laboral de los empleados y a la calidad de vida de estos, siendo dos prioridades que van inexorablemente de la mano.
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