Según datos del Ministerio de Sanidad nipón, alrededor de la mitad de los trabajadores de Japón se quejan de padecer “ansiedad y estrés” relacionados con su empleo.
Las empresas japonesas de más de cincuenta empleados empezarán a controlar el nivel de estrés de sus trabajadores una vez al año. Se trata de una medida impulsada por el Gobierno para prevenir desórdenes mentales entre los trabajadores del país asiático, que ha registrado un incremento en el número de asalariados que enferman a causa del estrés laboral.
Los empleados deberán rellenar anualmente un cuestionario sobre el ambiente y las relaciones en el centro de trabajo, así como detallar cambios en sus condiciones físicas y mentales. Aquellos a los que el resultado les indique un nivel alto de estrés serán derivados a doctores, que concluirán si la compañía ha de reducir su carga laboral o reasignarle a otro departamento.
Los altos niveles de estrés entre los trabajadores son un problema de salud pública además de en Japón en otras zonas como Europa o Estados Unidos. En concreto, el estrés es el segundo problema de salud relacionado con el trabajo más frecuente en Europa con un coste para su economía estimado en 136.000 millones de euros al año.
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