Mantener alto el estado de ánimo y una mentalidad positiva favorecen de un modo importante la recuperación de los pacientes. Tanto es así que, una de las medidas preventivas más eficaces consiste en ayudar a la persona a que gobierne mejor sus sentimientos perturbadores como pueden ser la ansiedad, el enfado, la depresión, el pesimismo y la soledad.
El geriatra Esmeraldo Cano asegura que existen investigaciones que demuestran que la toxicidad de las emociones negativas crónicas es equiparable a la ocasionada por el tabaquismo. «Por eso, ayudar a los pacientes a que dominen mejor estas emociones comporta un beneficio médico potencial tan importante como lograr que un fumador empedernido abandone esta hábito», explica.
De este modo afirma que una estrategia preventiva muy beneficiosa es la que consiste en enseñar a las personas mayores a controlar sus sentimientos, ya que –en su opinión– el bienestar emocional es un factor determinante en el envejecimiento.
Multitud de estudios coinciden en señalar las ventajas médicas que supone el dominio de las complicaciones emocionales provocadas por el estrés. «No cabe duda, pues, de los efectos nocivos de la irritabilidad, la ansiedad y la depresión. Cuando estos sentimientos se hacen crónicos, las personas son más susceptibles a los efectos de un buen número de enfermedades», comenta.
Cano apunta que, aunque la depresión no constituye en sí la causa directa de la enfermedad, sí que parece interferir en el curso de su recuperación, aumentando el riesgo de mortalidad, especialmente en el caso de los pacientes aquejados de graves enfermedades.
Asimismo, añade que si las diversas formas de angustia emocional crónica pueden llegar a ser verdaderamente nocivas, la gama opuesta de emociones puede ser incluso tonificante. «Con ello –advierte– no estamos diciendo que las emociones positivas sean curativas ni que la risa o la felicidad puedan por sí solas invertir el curso de la enfermedad grave.
Su efecto tal vez sea muy sutil pero los estudios realizados sobre miles de personas no dejan lugar a duda sobre el papel beneficioso que desempeñan las emociones positivas».
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