Dos barrenistas del pozo Albarez, en la cuenca minera berciana, volvieron a nacer ayer al ser rescatados, y salir a la superficie por su propio pie, tras permanecer atrapados 49 horas a 2.000 metros de profundidad. Tanto los dos trabajadores atrapados, Oscar Fernández García, de 32 años, y Elder Francisco Magro Afonso, de 42, como sus compañeros consideraron el rescate como un milagro, al tiempo que agradecieron el esfuerzo y profesionalidad de los equipos de salvamento, que invirtieron 45 horas en la operación.
Los dos mineros salieron por su propio pie a las 10:15 horas de ayer con sus ojos protegidos por unas gafas oscuras para evitar los efectos de la luz, ya que estuvieron en completa oscuridad durante su encierro.
A la salida esperaban los familiares de los dos mineros, quienes se fundieron en un abrazo entre los aplausos de los compañeros y los llantos emocionados del cerca de centenar de personas que se encontraban en la boca del pozo.
Dos UCIS móviles trasladaron a los barrenistas al Hospital del Bierzo, perteneciente a SACYL y ubicado en León, donde se les practicaron los primeros exámenes médicos que certificaron su buen estado de salud, si bien se les mantendrá 24 horas en observación como medida de precaución.
La experiencia vivida por ambos mineros terminó con el feliz desenlace que desde el pasado martes esperaban sus familiares compañeros y participantes en las labores de rescate.
“Me cayó el carbón al lado de la cabeza”, comentó Fernando Díaz, uno de los mineros que participó en el operativo y que logró escapar junto a siete compañeros antes de que el desprendimiento dejase atrapados a Oscar Fernández y Elder Francisco.
“No se creían que éramos nosotros hasta que reconocieron nuestras voces cuando estábamos a dos metros del final”, señaló Fernando Díaz, quien fue uno de los primeros en hablar con los atrapados de los que considera “un milagro” que estén vivos.
La confirmación de que ambos trabajadores estaban vivos no fue bastante para animar a la madre de Elder, quién minutos antes del rescate afirmó que, aunque no perdía la esperanza, no estaría bien hasta que no lo viera salir por la bocamina del pozo.
Los miembros de la Brigada de Salvamento Minero del Bierzo Alto, que llevó el grueso de la operación de rescate, se mostraron satisfechos por el feliz desenlace y por el trabajo realizado.
Según el brigadista Fernando Lamelas, “lo importante es que los hemos rescatado sin que nadie sufriera un nuevo accidente gracias a la eficacia y buen hacer de los compañeros”. El operativo invirtió 45 horas en las labores de rescate, ya que en un primer momento se intentó desescombrar los 30 metros de la galería que se vino abajo y al ver que esta solución no era factible ayer se cambió de estrategia y se optó por construir una paralela a la del accidente.
La construcción del nuevo túnel se realizó con sumo cuidado para evitar que cualquier percance pusiese en peligro el rescate de los dos mineros. El secretario regional de la FIA-UGT de Castilla y León, Manuel López, calificó de “ilógico” el siniestro porque, a su juicio, “no es normal que se registre un accidente de esta naturaleza en una galería de este tipo”.
Uno de los delegados de Comisiones Obreras, Jesús Magadán aprovechó el final del suceso para pedir a las administraciones, los empresarios, los sindicatos y los propios trabajadores que se “redoblen los esfuerzo para contribuir a la seguridad de las minas”, en aras a cortar “la mala racha de la última semana” y evitar que se repitan los siniestros.
Muchos de los trabajadores que insistieron en el “milagro” de que sus compañeros estuvieran vivos atribuyeron tal circunstancia a la mediación de la patrona de los mineros, Santa Bárbara, cuya veneración está muy arraigada en el sector.
El accidente se produjo el pasado martes a las nueve de la mañana cuando se hundieron 30 metros de la galería en la que trabajaban a 2.000 metros de profundidad Oscar Fernández y Elder Francisco, junto a otros siete compañeros.
Este siniestro en el pozo Albares, perteneciente a la empresa Antracitas de la Granja, es el segundo que se produce en menos de una semana en la minería leonesa, después de que el pasado viernes el picador de 35 años Francisco Javier Calviño Bernabé falleciera tras caer por un desnivel de 17 metros en un pozo de la empresa MSP Ïbicado en Villaseca de Laciana (León).
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