El antiguo centro carcelario, convertido desde hace 10 años en el retén de la Policía Local, “no cumple con las normas básicas de prevención de riesgos laborales”, insistieron las mismas fuentes. Según ha podido saber el sindicato CSIF, el edificio no tiene salida de emergencia, sólo cuenta con una puerta, por lo que en caso de incendio todos los ocupantes del retén deberían salir por esa zona.
Además, las ventanas tampoco podrían servir para evacuar a ningún usuario, ya que miden escasos 10 centímetros.
A todos estos inconvenientes se une otro más y es que el retén carece de un plan de evacuación. No hay señales que indiquen dónde está la salida. CSIF considera estos hechos como “muy graves ya que se está poniendo el peligro a los trabajadores que desarrollan su profesión en estas instalaciones”.
Sin embargo, estas no son las únicas deficiencias que existen en el retén. El edificio apenas dispone de ventilación y además no cuenta con alcantarillado, por lo que todas las evacuaciones van a un pozo ciego que, en determinadas ocasiones y cuando llueve, genera malos olores. La zona de taquillas también se ha convertido en uno de los problemas que más molesta a los Policías Locales que están trabajando en el retén. El área, de apenas 40 metros cuadrados, es utilizada por más de 100 agentes.
Por otra parte, y desde hace cuatro meses, la zona de descanso del personal se ha trasladado al almacén donde estaban ubicados los vehículos policiales. En este espacio hay mucha humedad, entra el aire de la calle y carece de calefacción.
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