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La Central Nuclear de Cofrentes recibe cada año entre 4.000 y 5.000 visitantes entre escolares y asociaciones de la más diversa índole. Aproximadamente la mitad de estos grupos pertenecen a institutos y colegios, según fuentes de la compañía.

El accidente de Ascó, que se dio a conocer el pasado día 6 de abril, ha desatado la alarma ante el temor de que alguna persona -trabajador o visitante- pudiera haber sufrido una contaminación por radiaciones. De hecho la gravedad de la fuga, que se produjo en noviembre, obligará a analizar a 1.600 personas, entre ellas, 44 niños de Almassora.

Fuentes de la planta valenciana admitieron que desde que se conoció el incidente se han producido dos anulaciones de visitas a la central, aunque no aclararon los motivos. No obstante, subrayaron que este número de cancelaciones es el “habitual” y que se repite en otras fechas del año. De hecho, “de las visitas programadas que tenemos en mayo -hasta mediados de mes- no se ha anulado ninguna”, añadieron.

Desde la planta subrayaron que desde que se reforzaron las medidas de seguridad para evitar atentados terroristas -la decisión se adoptó tras el 11-S- no está permitido entrar dentro de las instalaciones. De tal forma que las visitas consisten en acudir al centro de información, situado a más de dos kilómetros de la central.

“En estas dependencias disponemos de maquetas, vídeos y simuladores para explicar cómo funciona una planta”, explicaron desde la compañía. No todas las centrales nucleares disponen de un centro de información en el exterior de las instalaciones, en algunas plantas éste se encuentra dentro del perímetro, según detallaron las mismas fuentes.

La Conselleria de Educación aclaró ayer que no intervienen en la decisión sobre qué salidas hacen los alumnos fuera del centro. “Es una decisión que corresponde a cada colegio. Además, estas excursiones se aprueban en el Consejo Escolar”.

La sección de enseñanza de Comisiones Obreras fue la primera que abrió ayer el debate sobre la conveniencia de las visitas escolares a estos centros.

A través de un comunicado, el sindicato recomendó a los colegios que no acudan a estas instalaciones “por el reiterado ocultismo y la falta de fiabilidad con la que actúan las empresas propietarias de las mismas”, en referencia al tiempo que tardó la compañía de Ascó en trasladar la fuga al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).

Las asociaciones de padres y madres se muestran más cautas a la hora de pronunciarse, aunque las dos entidades consultadas coinciden en reclamar “la máxima seguridad”.

Nicolás Sánchez, presidente de la Confederación Católica de Asociación de Padres y Alumnos, indicó que se deben “extremar las medidas”. Para Sánchez, la visita a una central nuclear “es algo científicamente interesante” pero los controles de seguridad “deben ser muy rigurosos”. El responsable reclamó, además, la máxima transparencia de las centrales a la hora de comunicar incidentes como el de Ascó.

Gema Piqué, responsable de la Federación de Asociaciones de Padres y Alumnos de la provincia de Valencia, tampoco es partidaria de anular estas excursiones. “Estamos a favor de que los chicos salgan y conozcan la realidad con sus propios ojos. Y en este caso más, porque se trata de conocer cómo se obtiene la energía del futuro”. Sin embargo, este hecho no exime a las empresas propietarias de las instalaciones de su responsabilidad “por eso son necesarias las máximas medidas de seguridad posibles”.

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Las Provincias

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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