El estrés suele ser uno de los desencadenantes más usuales de cuadros depresivos o de alcoholismo y otras drogodependencias entre los profesionales de la medicina. Según un estudio liderado por el jefe de psiquiatría del Hospital Militar de Sevilla, Ignacio Jaúregui, y promovido por el Colegio Andaluz de Médicos, casi doce de cada cien médicos andaluces sufren a lo largo de su ejercicio profesional alguna de estas patologías. El principal problema, según advierten, es que mientras que un médico atraviesa por una de estas enfermedades aumenta considerablemente el riesgo de errores y negligencias en su quehacer profesional. Que en muchos casos tiene entre manos vidas humanas. Además de tener consecuencias graves de deterioro sobre su vida familiar y la relación en su entorno laboral.
El Colegio de Médicos recuerda que el Código de Ética y Deontología Médica advierte esplícitamente de que cualquier profesional que nota una merma en sus capacidad deberá delegar en otro compañero, y que si observa que por determinadas razones su capacidad se deteriora deberá pedir inmediatamente consejo a otro compañero para que le ayude a decidir si debe suspender su ejercicio. Además indica que si cualquier médico observa deficiencias en el trabajo de un compañero, «está obligado» a comunicarlo al Colegio de Médicos para que actúe. Lo cierto es que atendiendo a las reflexiones de los propios profesionales ninguna de estas obligaciones, fuentes de la filosofía del plan que van a poner en marcha, termina por ser suficiente.
El alto grado de corporativismo entre este colectivo, que lleva al extremo la confraternidad, provoca que en ocasiones este tipo de problemas sea encubierto o tratado de paliar sin sacarlo a la luz entre los colegas de la medicina.
En este sentido el Colegio Andaluz de Médicos prepara el citado plan de atención integral al médico enfermo (PAIME), que presentan bajo dos objetivos generales. En primer lugar esgrimen la protección del derecho de los ciudadanos a recibir una atención de buena calidad. Y en segundo, tratan de ayudar al médico para que el ejercicio de su práctica no se haga tan cuesta arriba. La medida no sólo pondrá al servicio de médicos enfermos las prestaciones y asistencias necesarias, sino que además sondeará, a través de cada Colegio andaluz y con ayuda de informes, las capacidades de los profesionales susceptibles de padecer una de las enfermedades mentales descritas en el plan.
Exigen financiación pública
A este respecto el presidente del Consejo Andaluz, Isacio Siguero, incluye entre los objetivos del plan el promover el desarrollo de actividades formativas entre los directivos del Servicio Andaluz de Salud (SAS), sobre la detección y el control de estos casos entre los médicos de la sanidad pública.
Sobre la financiación de este programa para curar a los médicos de sus ‘males profesionales’, no dudan en apuntar que debe ser pública. Aunque algunos de los servicios, en relación con las familias, jurídicos o laborales, correrán a cargo de los propios colegios o a través de un fondo social.
Los Colegios profesionales de la Comunidad reconocen que tanto la puesta en marcha de este programa, como el que los propios médicos sepan hacer buen uso de él y beneficiarse de sus servicios, no es para nada una tarea fácil. Algunos hasta lo podrían entender como una amenaza, ya que proponen estar facultados para imponer limitación en la práctica profesional de cualquier médico con problemas, anteponiendo los derechos del paciente. Por ello pondrán especial empeño en asesorar mediante campañas informativas al colectivo, así como en difundir la existencia del programa y abogar por las campañas de prevención.
Andalucía será la segunda comunidad en disponer de un programa de estas características, que ya existe en Cataluña, con excelentes resultados, aseguran. Además insisten en el importante aumento de la eficacia de este tipo de tratamientos especializados frente a otros de carácter general.
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