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Los análisis médicos que se han realizado durante los últimos meses a trabajadores y ex empleados de la factoría de Cartagena de la empresa pública de construcción naval Izar han detectado la existencia de aproximadamente una treintena de nuevos casos de personas relacionadas con la factoría que padecen síntomas de la llamada enfermedad del amianto. Ésta se caracteriza por problemas respiratorios, que pueden derivar en graves patologías e, incluso, llegar a convertirse en mortales.

Los controles médicos tanto de prejubilados como de empleados que están todavía trabajando en el astillero, aunque tengan una edad avanzada, se iniciaron a mediados del pasado año, a raíz de la denuncia interpuesta por Antonio Martínez Picazo, un ex trabajador que padecía asbestosis –enfermedad respiratoria vinculada al uso del amianto– contra la empresa, en la que reclamaba una cantidad de sesenta millones de pesetas por los daños ocasionados a su salud.

En un primer momento, junto al de este ex empleado, el comité de empresa denunció públicamente la existencia de otros tres casos, aunque ninguno de los afectados había dado el paso de interponer una demanda contra la empresa.

Pero los controles médicos que se comenzaron a realizar a raíz de la detección de estos casos ha puesto de relieve que la situación respecto a este problema, lejos de estar controlada, es más grave de lo que parecía. En principio, se ha detectado la existencia de una treintena de casos nuevos, de los que algo menos de una decena corresponderían a trabajadores que todavía están empleados en el astillero, mientras que el resto son prejubilados, que salieron de la factoría en aplicación del Plan de Empresa, negociado y firmado por la dirección de Izar y los sindicatos en el año 1999 y que, en el caso de Cartagena, supuso la salida del astillero de alrededor de 600 empleados, así como otros planes anteriores.

Las pruebas se han realizado a unas trescientas personas, tanto ex trabajadores como empleados en activo, aunque fueron convocados más de setecientos. Los exámenes que se han hecho han consistido en un Tac –un escáner de alta resolución–, así como diversas radiografías.

Para confirmar los diagnósticos de estos trabajadores, han sido remitidos a un centro especializado en neumología en Madrid, donde serán sometidos a nuevas pruebas para detectar su estado real. «Por los indicios que los médicos han detectado, efectivamente es el amianto», admitió el presidente del comité de empresa de Izar en Cartagena, Enrique Bruna.

Un nuevo centro

Éste apuntó, como un propuesta que sería necesario estudiar, la posibilidad de crear un centro especializado de este tipo en la Región de Murcia y, en concreto, en Cartagena. En estos momentos, en todo el país sólo hay dos centros especializados y que están ubicados en Madrid y La Coruña. Dada la relevancia que este problema está empezando a tomar en Cartagena, sería necesario, cree el comité, crear un centro similar en la zona.

Los síntomas que desarrollan los enfermos que padecen este mal se centran, sobre todo, en graves problemas respiratorios, que pueden llegar a derivar en diversos tipos de cáncer o de otras enfermedades terminales. La asbestosis se produce como consecuencia de la inhalación del asbesto, que es el polvillo que sale del amianto cuando es manipulado. Esta enfermedad funciona de forma similar al virus del sida, es decir, que se puede estar infectado sin desarrollar la enfermedad.

Otra de sus características es que tarda en desarrollarse entre quince y veinte años. Dado que el amianto se utilizaba en el astillero de la entonces Empresa Nacional Bazán para construir los barcos, los exámenes médicos se han realizado a personas con edades que oscilan entre 45 y 65 años.

La vuelta a la actualidad de este grave problema laboral ha venido de la mano de la celebración de un juicio, en el Juzgado de lo Social, sobre este tema. El que se iba a celebrar en septiembre del año pasado, sobre la demanda interpuesta por Antonio Martínez Picazo contra Izar, tuvo que ser suspendido por el fallecimiento de éste.

Sin embargo, sus herederos han retomado la demanda contra la empresa, por lo que el juicio en el mismo juzgado tendrá lugar el próximo día 11.

No es el primer caso

Aunque es del que más se ha hablado, lo cierto es que éste no el primer caso. El primero del que se tiene noticia que afectó a un cartagenero saltó a la luz pública en julio del año 2000, cuando el Juzgado de lo Social nº1 de Cartagena condenó a Repsol-Petróleo y la empresa subcontratada Construcciones, Montajes y Mantenimientos (Commain) a pagar una indemnización millonaria a los familiares de José Urrea, al que el juzgado reconocía que había sido víctima de la asbestosis. La sentencia fue confirmada por el Tribunal Superior de Justicia de Murcia (TSJ) el año pasado.

El de Antonio Martínez Picazo es el primero que se denuncia en Izar Cartagena, y viene después de que en el centro de trabajo que esta empresa tiene en Ferrol también se denunciara públicamente la existencia de varias decenas de enfermos con este mal: oficialmente, se trataba de entre quince y veinte casos.

En el caso de Martínez Picazo, una de las principales bazas a su favor para reclamar a la empresa por padecer una enfermedad laboral era que tanto un informe del hospital Virgen de la Arrixaca, de Murcia, como el documento de la Seguridad Social en el que se aprobó la incapacidad laboral absoluta, señalaban que la enfermedad que padecía se había producido como consecuencia de manipular el amianto y respirar el polvo que genera. La enfermedad que se le había detectado era un mesotelismo pleural, es decir, un tipo de cáncer de pulmón que consiste en la inflamación de la pleura –la membrana que protege los pulmones–.

Hay una diferencia importante entre este caso y los demás, y radica en que en esta ocasión, se ha desarrollado una enfermedad que ha terminado con la vida de Martínez Picazo, mientras que en el resto de los casos, no se ha desarrollado todavía ningún tipo de patología vinculada a la enfermedad del amianto.

La postura de Izar

La posición de la empresa en estos casos es bastante difusa. En el primer momento en el que saltó a la luz pública el caso citado anteriormente, fuentes de la dirección de la compañía aseguraron que Izar estaba dispuesta a asumir su responsabilidad, en el caso de confirmarse que este trabajador padecía esta enfermedad por realizar determinadas funciones en la empresa –trabajaba en el astillero, en la construcción de los barcos–.

Sin embargo, y a pesar de los certificados médicos que lo avalan, en el acto de conciliación planteado contra la empresa, como paso previo a la presentación de la demanda en el Juzgado de lo Social, Izar rechazó la demanda y remitió dar cualquier explicación al juicio que se iba a celebrar en septiembre y que, finalmente, no se llegó a celebrar.

El presidente del comité de empresa, por su parte, indicó que en muchos casos es muy complicado determinar el origen exacto de la enfermedad, ya que muchos de ellos han desarrollado el mal tiempo después de haber dejado el astillero; además, se da la circunstancia de que en muchos casos el trabajador afectado puede haber ejercido sus labores profesionales en otras compañías, por lo que se hace muy difícil delimitar con exactitud dónde ha podido contraer el mal.

De todas formas, el presidente del comité de empresa garantizó que cualquier trabajador que tenga algún tipo de duda al respecto puede ponerse en contacto con los representantes sindicales, a fin de recabar la información que estime oportuna.

Enrique Bruna también se quejó de la postura de la empresa en el sentido de que se han puesto en marcha determinadas iniciativas, como la realización de los controles médicos a los empleados actuales y a los prejubilados de determinadas edades, por mediación del comité intercentros y porque han sido las organizaciones sindicales las que han presionado, en lugar de ser la propia compañía la que tomase la iniciativa al respecto.

Los sindicatos reclaman, además, que estos casos se tramiten como si fueran una incapacidad, para lo que sería necesario realizar modificaciones legales. Esto, una vez conseguida la orden de prohibición de uso de este material, junto con la mejora de las atenciones asistenciales, se perfilan como las medidas que los sindicatos consideran más urgentes a tomar en estos casos.

Más información

Hay dos páginas web a las que cualquier interesado en este tema se puede dirigir: por un lado, mesotelioma.com; la otra es ferrol.to/asbestosis/. Además, se puede consultar El amianto en España, de Ángel Cárcoba, una de las referencias para acercarse a este problema.

¿Qué es el amianto?

El término amianto hace referencia a un grupo de silicatos hidratado microcristalinos fibrosos, de composición química variable. Sus cuatro tipos principales son: crisotilo o amianto blanco; crocidolita o amianto azul; amosita y antofita, según se recoge en El amianto en España, un informe de Ángel Cárcoba, del Departamento de Salud Laboral de Comisiones Obreras. Entre el grupo de enfermedades conocidas por tener su origen en la exposición al amianto figura la fibrosis pulmonar y pleural, así como el cáncer de pulmón, de pleura y de peritoneo, así como otras afecciones diferentes.

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La Verdad

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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