Dos vecinos de Bascamao, en Santa María de Guía, perecieron a primera hora de la tarde de ayer, presumiblemente, como consecuencia de la asfixia que les produjo el gas acumulado en un aljibe utilizado para aprovisionar de agua los terrenos que cultivaban a escasos kilómetros de la vivienda donde ambos habitaban. Las víctimas, Elías Díaz González y Jorge Adolfo González Santiago, de 73 y 66 años, respectivamente, cayeron fulminadas en el fondo del depósito, que en el momento del trágico accidente se encontraba vacío casi por completo, en cuanto inhalaron el gas mortífero, al parecer, metano. Por orden judicial, los cadáveres fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense para la correspondiente autopsia.
Los escasos residentes de la población de Bascamao, cercana a Montaña Alta, se mostraban totalmente conmocionados en la jornada de ayer tras conocer la lamentable pérdida de los dos vecinos fallecidos, ambos cuñados, y que incluso compartían la misma vivienda.
El trágico suceso se produjo sobre las 14.00 horas de la tarde cuando Elías Díaz, casado y padre de trece hijos, y su cuñado Jorge Adolfo González, soltero, se dirigieron hacia el aljibe ubicado en los terrenos que ambos cultivaban. Según vecinos de la zona, las víctimas habían tenido problemas, días antes de ocurrir los hechos, con la tubería que conducía el agua de riego desde los pozos de la zona alta de Santa María de Guía hasta el aljibe de la finca, situada en el lugar conocido como Las Piconeras, así que ambos hombres decidieron vaciar de contenido el pozo, con vistas a averiguar la razón que impedía la entrada del agua en el depósito. Al parecer, ambos barajaban la posibilidad de que el tubo conductor se encontrara obstruido.
Según los primeros testigos llegados al lugar de los hechos, el primero en descender al interior del pozo con la ayuda de una escalera fue Elías, que iba provisto de botas de agua y otros útiles. Sin embargo, a los pocos instantes de estar dentro sufrió un desvanecimiento como consecuencia de la repentina inhalación del gas nocivo que se hallaba acumulado en el interior de la instalación acuífera. Ante esta circunstancia, su cuñado Adolfo salió a pedir ayuda pensando que éste había sufrido una fatiga. Pero, mientras un vecino que transitaba con su coche ponía el hecho en conocimiento de los equipos de emergencia, Adolfo regresó al pozo y descendió para tratar de rescatar a Elías, cayendo también víctima de una asfixia.
Un depósito de riego de apenas dos metros de profundidad
Impotencia y tristeza eran los sentimientos que reinaban entre los vecinos de las dos víctimas, que no daban crédito al hecho de que éstos hubieran perecido en un aljibe de reducidas dimensiones y con una capacidad equivalente a la construida en numerosas viviendas de Canarias. El depósito apenas tenía dos metros de profundidad por dos metros de ancho y cinco de longitud. En este sentido, testigos de los hechos y agricultores expertos en los trabajos en galerías de agua señalaron a este rotativo que “no es habitual encontrar bolsas de gas en un aljibe tan pequeño. Este accidente debe avisar a cualquiera que baje a limpiar el depósito de su casa”.
El primero en alertar a los equipos de emergencia fue un vecino de la zona, quien fue el último en ver con vida a Adolfo González, que al percatarse del desvanecimiento de su cuñado salió corriendo a la carretera consiguiendo parar a un automovilista. “Aquí ya se acabó la fiesta, puesto que Elías Díaz era el encargado de engalanar las carrozas que representaban al pago en los eventos festivos. Él y sus hijos salían de parranda. Nada será igual”, presagiaba una vecina en tono pesimista.
El juez de guardia procedió al levantamiento de los cadáveres, que fueron trasladados al Instituto Anatómico, donde se les practicará la correspondiente autopsia. La tragedia de Bascamao rememoró la desgracia de la factoría de El Rincón, donde fallecieron ocho trabajadores por inhalación de gas, hace unos años.
La Provincia - Diario de las Palmas
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