Los sindicatos acusaron ayer a la empresa Arranz Acinas de «negligente» por la escasa seguridad del local, donde se almacenaba gasolina y maquinaria «sin reunir los requisitos» necesarios. «Alguien ha tenido que hacer algo mal para ocurrir lo que ha ocurrido», denunció el secretario regional de UGT, Julián Juez. El representante sindical destacó que el almacén «no estaba acondicionado adecuadamente», al encontrarse además en la planta baja de un bloque de viviendas. Por su parte, el secretario general de CC OO, Ángel Hernández, insistió en que este local «no es el más apropiado» para el almacenaje de materiales inflamables «y mucho menos para ser utilizado de vestuario». Ambos sindicalistas exigieron la apertura de una investigación para depurar responsabilidades y convocaron para hoy paros de cinco minutos en los centros de trabajo de Burgos, en señal de duelo.
El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, anunció la apertura de «varias investigaciones» para conocer las causas del accidente laboral, porque «es evidente que algo se ha hecho mal». La dirección de la constructora se solidarizó con las víctimas y se puso a disposición de los afectados «sin regatear ningún esfuerzo». Sin embargo, Arranz Acina guardó silencio sobre el origen de este «lamentable siniestro» y apeló a la investigación de las autoridades judiciales y administrativas.
Frente a las críticas de los sindicatos, el presidente de la patronal, Roberto Alonso, salió en defensa de la empresa y aseguró que ésta «es modélica en cuestiones de seguridad». Las condolencias se sucedieron ayer. El alcalde de Burgos, Juan Carlos Aparicio, consideró la jornada como un «día de luto», mientras que el Rey Juan Carlos transmitió el pésame de la Casa Real a los burgaleses y su «apoyo» a víctimas y familiares de los afectados.
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