Un trabajador valenciano de 24 años, Alejandro Asensi Fenollosa, murió aplastado por la máquina excavadora que controlaba un compañero suyo ayer por la tarde en una parcela de Tordera (Barcelona). Un tercer operario, que también quedó atrapado cuando el vehículo pesado volcó, resultó herido muy grave y fue trasladado al Hospital Doctor Josep Trueta de Girona. La víctima de ayer eleva a 37 el número de trabajadores que este año han perdido la vida en accidentes laborales en Cataluña.
El fallecido y su compañero, P. J. H., de 32 años, habían estado arrancando palmeras de un campo particular situado cerca de la ermita de Sant Vicenç, en Can Mirambel. Cuando se produjo el siniestro, sobre las 17.20 horas, los dos trabajadores caminaban al lado de la máquina. La policia investiga ahora por qué se desequilibró la excavadora; los agentes indagan si el camino por don de circulaba cedió o si el vehículo pesado chocó con una piedra o se encalló en un socavón.
El chófer ileso
En todo caso, la retroexcavadora volcó y ninguno de los dos afectados, empleados de la empresa Viveros Villanueva, de la localidad valenciana de Bétera, tuvo tiempo de reaccionar. Tambión el fallecido era de este municipio. El y su compañero quedaron debajo de la máquina. Alejandro Asensi murió prácticament en el acto. El otro trabajador, sufre lesiones muy graves.
El chófer salió ileso, según informaron los bomberos y la Policía Municipal de Tordera. P. J. H. sufrió traumatismos en el abdomen, la pelvis y el tórax y fue evacuado por una ambuláncia del Servicio de Emergencias de Catalunya al hospital Trueta, donde recibiió una primera asistencia médica.
El Juzgado de Instrucción en funciones de guardia en Arenys de Mar (Barcelona) se hizo cargo de las diligencias abiertas p or el nuevo accidente laboral. Cuando el herido esté en condiciones de declarar, también será interrogado para que concrete de que manera se produjo el suceso.
En el momento en que los bomberos recibieron el aviso por el siniestro, enviaron al lugar del suceso seis dotaciones y avisaron a una grúa de gran tonelaje para levantar la excavadora. Los trabajados para liberar el cadaver de Asensi y su compañero herido fueron extremadamente duros. P. J. H. fue finalmente rescatado a las siete de la tarde, casi tres horas después que le hubiera caído la máquina encima.
Uno de los mayores inconvenientes que se encontraron los equipos de rescate fue la oscuridad de la noche. En el lugar en donde se produjo el accidente, un camino de bosque dentro de una propiedad particular, no había ningún punto fijo de luz, lo que dificultó los trabajos.
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