“Un hombre envuelto en llamas, que salía de un pozo, se ha revolcado en la arena; luego se ha incorporado y sus amigos le ayudaron a apagar el fuego. Después se ha desmayado.” Así resume lo que vio Julia Sánchez, que trabaja en una peluquería frente a la gasolinera de Pujades-Meridiana, donde ayer, poco antes de las diez y media de la mañana, una explosión conmocionó al vecindario.
Dos trabajadores de la empresa Limpieza y Transporte de Residuos, SL (LTR) de Gavà resultaron heridos, uno de ellos de gravedad, por la explosión en un depósito de combustible en la citada gasolinera. Ambos fueron ingresados en el hospital Vall dHebron.
A. G. F., de 40 años, trabajaba dentro del depósito cuando se produjo la explosión, a causa de la acumulación de gases, según las primeras hipótesis del servicio técnico de bomberos. Salió despedido por la boca del depósito, en medio de una llamarada, según la citada testigo. Aún mantuvo la conciencia para, envuelto en llamas, revolcarse en el montículo de arena que está junto a la boca del depósito.
Dos empleados se aprestaron a apagar el fuego que le envolvía, y uno de ellos, A. L. M., de 43 años, se quemó la cara y el cuello al pretender ayudar a su compañero. El parte médico detalla quemaduras de primero y segundo grado en las referidas zonas del cuerpo, de pronóstico leve.
El estado de A. G. F. es más grave. Fue ingresado en la unidad de quemados de Vall dHebron con quemaduras de segundo y tercer grado en el 26% de su cuerpo.
Diversos vecinos y comerciantes coincidían en calificar la explosión como “muy fuerte”. Algunos pensaron que se había derrumbado un edificio o que había explosionado un camión. De hecho, un camión cuba de la empresa de limpieza, que estaba a pocos metros de la boca del depósito, quedó intacto.
“Tembló todo, pero no se rompió nada” en la peluquería Fina, donde trabaja Julia Sánchez. Lo mismo que ocurrió en el resto de los comercios ubicados en las inmediaciones.
Hacía tres días que los citados trabajadores iniciaron la limpieza de los cuatro depósitos de combustible (de 20.000 litros cada uno) que estaban vacíos desde el pasado diciembre. En este solar está previsto levantar un bloque de viviendas, similar a los que están a punto de acabarse en la misma manzana triangular de Meridiana-Pujades-Francesc de Aranda, frente al parque de la Ciutadella.
Esta gasolinera había sido propiedad de la firma British Petroleum, pero su antigüedad databa de los años treinta del pasado siglo, cuando inicialmente fue un simple surtidor de gasolina que servía combustible a transportistas. Junto a ella había hace unos años un motel para camioneros.
“Yo trabajé aquí durante 25 años, y nunca hubo accidente alguno”, comentaba ayer un jubilado de la gasolinera, que se acercó cuando supo del accidente. Y añadía: “Cuando hay gasolina, no hay problema, la dificultad se produce cuando quedan gases”.
Después de la explosión de ayer, trabajadores y directivos de la empresa LTR declinaron hacer declaraciones. En el lugar de los hechos, un trabajador lloraba.
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