Desde el nombramiento de Agustín de Luis Criado como jefe del área de Seguridad Ciudadana, en noviembre del año 2000, tres agentes del Servicio de Extinción de Incendios han causado baja definitiva en el cuerpo de bomberos ovetense por motivos psicológicos.
Otros dos miembros del servicio contra incendios llevan de baja por las mismas causas cerca de dos años y se encuentran a la espera de someterse al último control médico que dictamine si están en condiciones de reincorporarse al servicio o por el contrario deben por razones médicas dejar definitivamente sus funciones y retirarse.
En resumen, uno de cada 14 funcionarios del cuerpo, con una plantilla de 70 bomberos, ha causado baja definitiva o se encuentra a punto de hacerlo desde que Agustín de Luis asumió el mando sobre el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento.
Un informe, elaborado en marzo de este año a instancias del servicio de Prevención de Riesgos Laborales del propio Ayuntamiento de Oviedo, señaló que la motivación de los agentes que prestan servicio dentro del cuerpo de Bomberos municipal es “prácticamente nula”.
La evaluación fue realizada por un técnico externo a requerimiento de la Inspección de Trabajo, ya que el jefe de Seguridad Ciudadana, Agustín de Luis Criado, a quien los bomberos responsabilizan del conflicto, se negó a ello.
El estudio responsabiliza a la gestión y la organización del servicio llevadas a cabo por De Luis de la apatía en el cuerpo. Entre otros factores, señala que el jefe del área adopta una actitud “paternalista” y destaca que sería mejor para el funcionamiento del colectivo “un estilo” de dirección “que adopte un planteamiento de gestión coherente y que tenga en cuenta las necesidades reales” del servicio. De Luis intentó forzar una reorganización del servicio en contra del criterio de buena parte de los trabajadores.
El estudio psicosocial encargado por el servicio de Prevención, vinculaba “persecución a trabajadores con las bajas psicológicas” de los mismos y destacaba que el “tenso clima que se vive en el colectivo” desvirtuaba las tareas cotidianas del servicio. Los sindicatos han denunciado repetidas veces presiones laborales por parte del jefe de Seguridad Ciudadana que van desde traslados injustificados a asignación de nuevas tareas.
El concejal delegado del área, Javier Sopeña, acordó la semana pasada el relevo de los dos jefes de servicio de Policía y Bomberos, pero mantuvo su confianza en Agustín de Luis. El pasado viernes reconoció que este funcionario “no había actuado por el libro”, reconociendo irregularidades en su gestión. Aun así, el concejal y senador renovó su confianza en el funcionario que le había acusado de conocer esas irregularidades.
Sopeña presentará hoy, en la reunión con la Junta de Personal, una serie de medidas con las que espera apaciguar el conflicto en el servicio de Bomberos, aunque el paquete no incluye la adquisición de nuevo material que renueve el existente.
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