La CIG censuró “la separación de la obra del puerto exterior y el posible despido” de un gruísta que había denunciado la falta de medidas de seguridad en la obra de Punta Langosteira. El trabajador se negaba a asumir la responsabilidad de transportar bloques de 50 toneladas sobre la cabeza de sus compañeros, sin cumplir el protocolo para la prevención de riesgos laborales.
El responsable nacional de Saúde Laboral da Federación do Transporte de CIG, explicó que “para ahorrar tiempo en las obras”, se pasan los bloques para ganarle terreno al mar desde tierra a una barcaza “directamente por encima de la gente”. El sindicalista asegura que “ese movimiento es una responsabilidad del gruísta, y no tiene por qué asumir que ponga en peligro a nadie”, y se pregunta: “si se cae abajo un bloque, ¿qué sucedería?”.
La CIG denuncia la actitud de la Unión Temporal de Empresas (UTE) que construye la dársena. La dirección le dio vacaciones al operario y le comunicó que lo apartaría de la obra el 1 de julio. El gruísta no será despedido en un principio de su empresa, pero lo trasladarán de proyecto para evitar que les dé problemas, después de haberse negado a trabajar en esas condiciones. El obrero estaba especialmente sensibilizado con el problema, ya que hace dos años estuvo ingresado de gravedad tras un accidente en la misma obra, cuando el cable suelto de una grúa le golpeó la espalda.
Desde la dirección de la UTE no quieren hablar y dicen que es el Puerto quien debe hacer declaraciones, pero en la Autoridad Portuaria dejan claro que “las relaciones laborales son competencia de la UTE”, a la que ellos le exigen “todas las condiciones de seguridad”. Cinco trabajadores han muerto en Punta Langosteira desde el inicio de las obras, en marzo de 2005.
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