El ántrax llegó ayer a los departamentos de Justicia, Estado y Salud, además de confirmarse su presencia en el Tribunal Supremo, después de los test del fin de semana. También se detectaron esporas en un envío por valija diplomática a la embajada estadounidense en Lima y en la sala de correos del edificio Cohen, que alberga en Washington a La Voz de América y a la Administración de Alimentos y Drogas.
Mientras, una trabajadora del servicio postal de Nueva Jersey se convirtió en el octavo caso de carbunco pulmonar.
El Departamento de Justicia ha recomendado a todas las personas que trabajan con su correo que se traten con antibióticos, tras descubrirse esporas de ántrax en la oficina postal de Landover (Maryland) que procesa sus envíos. Entre los lugares donde se ha detectado la bacteria se encuentra la sección que distribuye el correo al fiscal general, John Ashcroft.
Todos los test realizados entre su personal han dado negativo, pero se han cerrado las dependencias del correo de su edificio principal por precaución. La presencia de la bacteria en la oficina postal de Landover puede deberse a que los envíos son procesados primero en Brentwood, en el Distrito de Columbia, donde trabajaban dos de las tres víctimas mortales de la enfermedad. Hacía una semana que no se recibía correo de Landover, ante la posibilidad, ahora confirmada, de que esta central se convirtiera en una nueva vía de transmisión del ántrax.
En el Tribunal Supremo, las pruebas realizadas este fin de semana dieron positivo, por lo que jueces, fiscales y abogados tuvieron que continuar sus sesiones en la sexta planta de la Tribunal de Apelaciones, a más de un kilómetro de su sede habitual.
Este edificio no había cerrado sus puertas jamás en 66 años de existencia. Unas 400 personas, entre ellas los propios juristas, fueron sometidas a exámenes, aunque los resultados no se sabrán hasta dentro de unos días. Todos ellos están siendo tratados con antibióticos. Las autoridades de salud, que hasta ahora recomendaban Cipro, han empezado a apostar por la doxiciclina, un antibiótico igual de eficaz pero más barato. Tratarse con Cipro durante un mes cuesta unas 55.000 pesetas.
El Departamento de Estado es otro de los edificios gubernamentales en los que han aparecido esporas de ántrax, aunque un alto funcionario precisó que la cantidad es “mínima” y que no se ha detectado en el sistema de ventilación.
Los investigadores del FBI continúan desconcertados ante esta avalancha de casos de ántrax y, por el momento, los únicos progresos se realizan por eliminación. Uno de los posibles vínculos con los secuestradores del 11 de septiembre se desvaneció al resultar negativas las pruebas efectuadas en los coches de Mohamed Atta y Marwan al Shehhi. Ambos terroristas vendieron sus respectivos vehículos una semana antes de los atentados y, como es lógico, la empresa que se los compró los lavó y enceró antes de que el FBI los pusiera bajo su custodia.
Sin embargo, el dueño de una compañía de alquiler encontró “un polvo blanco” en el maletero de un Ford Escort que Atta contrató dos veces y que devolvió dos días antes de los ataques.
Los investigadores retuvieron el coche dos semanas y desde entonces ha estado expuesto en el local porque al comerciante no se le ocurrió pensar que nadie hubiera analizado la sustancia. Sólo un golpe de suerte evitó que fuera alquilado, por lo que ahora se ha podido descartar que se tratara de ántrax.
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