Las caídas desde distinto nivel son la principal causa de las muertes en el sector de la construcción de Córdoba y Andalucía, a tenor de los datos acumulados entre enero y octubre de este año, facilitados por los sindicatos UGT y CCOO. Aunque no son datos oficiales, y hay entre ellos algunas divergencias (para CCOO la suma es de 38 muertes en Andalucía, y para UGT es de 42, dado que esta organización incluye en su estadística a trabajadores autónomos y alguno del metal), la tendencia está clara: en torno al 68% de los fallecimientos por accidente laboral en el sector se debe a caídas de los trabajadores, a pesar de que éstos deben contar con medidas de protección tanto de la propia obra (mallas metálicas y otras) como personales (cinturones y cascos).
De los 14 accidentes laborales mortales que ha sufrido la provincia de Córdoba hasta octubre, la construcción lleva cinco (UGT contabiliza 7), mientras que en el mismo periodo del año pasado hubo sólo un fallecido en el sector. De las muertes de este año, tres se debieron a caídas: dos de ellas las sufrieron unos pintores que cayeron de la plataforma hidráulica sobre la que trabajaban en Lucena, y la tercera un operario que cayó a una zanja de 28 metros de profundidad en las obras del pantano de El Arenoso, según ha informado UGT. Según los datos de CCOO, el 86% de las muertes se produce en edificación, mientras el resto de los accidentes fatales tienen lugar en obra civil, conservación de carreteras y canteras.
La segunda causa de muerte es el aplastamiento por objetos que se desploman, un accidente que se da también en el sector industrial y que sufrió el pasado martes un trabajador de una fábrica de plásticos en Córdoba, que se encuentra muy grave. Golpes, cortes, atrapamientos y vuelcos de máquinas son otras causas de accidentes que llevan a la muerte a los que los sufren en la construcción.
La formación, los planes de prevención laboral y los acuerdos con las administraciones “no están teniendo ninguna eficacia”, según el secretario general de CCOO de Córdoba, Rafael Rodríguez. A su juicio, mientras la Administración no dote a la Inspección y los empresarios no apliquen las medidas todo es “papel mojado”.
Para Rodríguez, “por más formación que tengan los trabajadores, si no tienen los medios de protección individuales y colectivos en sus centros de trabajo, no sirve para nada”. El sindicalista admite que “se está invirtiendo un dineral muy importante de todos los españoles en formación que después no tiene su aplicación en los centros de trabajo”. Denuncia también que “la Inspección de Trabajo no tiene recursos, tenemos seis inspectores… ¿eso da cobertura a las necesidades de la provincia de córdoba? Pues no, y ahí tendrá que invertir la Administración”. A su juicio, también “los empresarios se tendrán que aplicar el cuento, porque son los primeros responsables de que se apliquen las medidas de prevención”.
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