“Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia…”. Lo dice el artículo 35 de la Constitución Española, que hace énfasis en el derecho de todo ciudadano a tener un salario digno.
Hoy se conmemora la “Jornada Mundial por el Trabajo Decente”, un día que posee un objetivo muy simple, a pesar de el siglo XXI comenzó hace más de ocho años: que cualquier trabajador en el mundo tenga una remuneración digna, que le permita subsistir.
En la actualidad, decir esto, con la que está cayendo, no debe ser una utopía, sino el refuerzo de un derecho fundamental de las personas. Para los sindicatos, un trabajo decente significa “un contrato de trabajo, con un salario digno, la protección social básica y respetar los derechos de los trabajadores”, explicaba ayer el secretario provincial de UGT en Almería, José Ginel.
Su homólogo en CCOO, Juan Pallarés, recalcaba que sólo se está demandando lo razonable: “No pedimos mejoras salariales ni en las condiciones laborales, sino que se respeten los derechos del trabajo fundamentales y libertad sindical”, apuntó. Con este objetivo, los sindicatos almerienses han organizado parones de cinco minutos en los centros de trabajo, a las once de la mañana, con el reto de continuar “marcando la pauta” reivindicativa, para que los empresarios vean “que no estamos dormidos”, apostilló Ginel.
Ambos se mostraron en contra de la jornada de 65 horas semanales que propone la UE. Pallarés recordó que la globalización ha traído efectos negativos en el empleo, restando derechos laborales, tales como las garantías de prevención de riesgos laborales. “No estamos dispuestos a que los trabajadores paguen el pato de la crisis económica”, señaló, en alusión al descenso de sus derechos.
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