Uno de los afectados por el denominado caso amianto, ocurrido en la extinta Fibrocementos de Levante, en San Vicente del Raspeig, admitió en la sesión de ayer del juicio sobre esta causa que muchas veces los trabajadores no se ponían las mascarillas porque les molestaban.
El afectado, que trabajó durante 29 años en la factoría, testificó en la tercera sesión del juicio que se sigue en el Juzgado de lo Penal número 3 de Alicante por ocho presuntos delitos de homicidio y 29 de lesiones por imprudencia grave y uno contra los derechos de los trabajadores en la actuación de dos jefes de personal y dos médicos. El Ministerio Público pide tres años de cárcel y cuatro y medio de inhabilitación para los acusados.
Según el fiscal, las omisiones de los acusados han contribuido a agravar las lesiones o anticipar el fallecimiento de los operarios que, supuestamente, no fueron informados sobre los riesgos de trabajar con amianto. Este afectado, José García, declaró que desde mediados de los años 70 les hacían reconocimientos médicos anuales en la empresa y que los trabajadores estaban al corriente de la problemática del amianto, si bien reconoció que, aunque en la factoría les decían que usaran mascarillas, muchas veces no se las ponían porque les molestaban.
Explicó que durante el tiempo que trabajó en la factoría recibió unos folletos sobre los riesgos del amianto, de los que fue informado también cuando una empresa catalana reconoció a los obreros, aunque no se realizaron ningún curso de formación. El médico (de la fábrica) nos decía que nos laváramos las manos antes de fumar, comer o beber, y que no nos lleváramos la ropa a casa, indicó. Afirmó que era normal que se fumase en las instalaciones de la fábrica y que la empresa nunca sancionó.
Precisó que, aunque él se hacía un chequeo particular para quedarse más tranquilo, fue el acusado, el médico M.A.S., quien le dio la baja en la empresa, donde le reconocían todos los años y le daban en sobre los resultados facultativos. Explicó que en 1992, en el citado reconocimiento por parte de la empresa catalana, se le dijo que las manchitas que salían en la radiografía eran amianto, aunque él siguió trabajando para dar de comer a sus hijos hasta que en 1995 dejó la fábrica. Mi marido estuvo trabajando seis años en la fábrica a pesar de estar enfermo y los responsables tenían conocimiento de ello, afirmó Valentino González, viuda de Francisco Gil Cifuentes.
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
