Todo lo que empieza tiene su fin, incluso una instrucción tan larga y llena de avatares como la del caso amianto. Según fuentes de la Fiscalía, tras cinco años de investigaciones, el Juzgado Número Uno de San Vicente se ha comprometido a remitir la causa al Ministerio Público a principios del próximo año, para que éste redacte el escrito de acusación.
Según el fiscal que lleva el caso, Miguel Gutiérrez, todavía faltan dos informes médicos solicitados por la acusación particular. A pesar de todo, este requisito no es indispensable para que la causa se remita a la Fiscalía.
Aunque por el momento ya hay dos empresarios imputados, el Ministerio Público no descarta que la acusación pueda ampliarse a «algún implicado más» a la hora de calificar los hechos.
El caso amianto, por el que se investiga el fallecimiento de catorce trabajadores por asbestosis pulmonar, saltó a la palestra a raíz de una denuncia realizada en 1998 por seis antiguos empleados de la fábrica Fibrocementos de Levante, perteneciente al Grupo Uralita.
En su escrito, los denunciantes arremetían contra la empresa al entender que ésta actuó de forma negligente en los reconocimientos médicos de la plantilla entre los años 1984 y 1992.
Durante estos cinco años, la instrucción del caso ha sufrido múltiples avatares, e incluso un intento de sobreseimiento en el año 2000 que fue recurrido por el fiscal.
El pasado mes de marzo, el fiscal Miguel Gutiérrez emitía un informe en el que mostraba su conformidad con las pruebas solicitadas por la acusación particular, instando a que se practicaran los informes médicos pedidos y a que se remitiera la causa a la Fiscalía para que se dictara el sobreseimiento o la apertura del juicio oral.
Secuelas
Durante la instrucción del caso, la Fiscalía ha contabilizado sesenta afectados por el brote de asbestosis pulmonar, enfermedad profesional producida por la aspiración de partículas de amianto que puede derivar en cáncer de pulmón, de laringe y en mesotelioma pulmonar. El Gabinete de Seguridad e Higiene en el Trabajo, sin embargo, estima que la patología afectó a 31 personas.
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