Un joven de 28 años, J.A.M.R., se convirtió esta semana en la primera víctima mortal en la construcción en lo que va de año por un golpe de calor. Según confirmó Comisiones Obreras, el joven era ferrallista y perdió la vida justo el primer día tras su incorporación a la plantilla que lleva a cabo las obras del plan director de reforma del Hospital Clínico de Salamanca.
El suceso se produjo el pasado martes por la tarde, un momento en el que los termómetros de la capital superaban los 35 grados. El joven comenzó a sentirse mareado y desorientado y abandonó la obra con destino al cercano parque de Huerta Otea, donde esperaba poder recuperarse de sus síntomas. Ante la tardanza, sus compañeros acudieron al lugar donde reposaba y lo encontraron ya en estado de inconsciencia. A pesar de que avisaron con gran rapidez a los servicios de emergencia, nada pudieron hacer ya por su vida las dotaciones sanitarias, ya que el joven había fallecido.
La autopsia practicada al día siguiente confirmó que J.A.M.R., natural de Ciudad Rodrigo, había perdido la vida como consecuencia de un golpe de calor. El joven recibía este mismo miércoles por la tarde sepultura en su localidad natal tras el funeral oficiado en la iglesia de Fátima. Una muerte que ayer fue lamentada de forma contundente por los responsables de la Federación de Construcción, Madera y Afines de Comisiones Obreras de Salamanca, quienes denunciaron «la falta de diligencia por parte de los responsables de la empresa constructora ante los primeros síntomas de golpe de calor que sufría este operario».
La portavoz del sindicato, Sonia Bonal, avanzó que «vamos a exigir a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social que llegue hasta el fondo en este triste suceso. Mucho nos tememos que este trabajador carecía de la más mínima formación y mucho menos en el ámbito de la prevención de riesgos». En este sentido, la representante de Comisiones Obreras aseguró que la falta de medidas y de información a los trabajadores es una constante en las empresas de la construcción «que no consideran los golpes de calor en sus planes de riesgos, por lo que hay una ausencia absoluta de prevención».
Bonal lamentó «la actitud pasiva de la Administración ante los accidentes provocados por los golpes de calor, puesto que no se registran como accidentes laborales, sino como muerte natural» y reclamó tanto a la Junta de Castilla y León como al Gobierno central «que este tipo de accidentes sean tenidos en cuenta». CC.OO. asegura que entre el 60% y 70% de las caídas en altura podrían estar relacionadas con golpes de calor. El sindicato considera que una vez que se refleje este riesgo en las estadísticas oficiales, «las empresas empezarán a incluirlo dentro de sus evaluaciones de riesgo».
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